Cuando pensamos en alergias, nuestra mente suele evocar imágenes de ojos llorosos, estornudos incontrolables y erupciones cutáneas. Sin embargo, desde una perspectiva holística, las alergias son mucho más que una simple reacción exagerada del sistema inmunitario a una sustancia inofensiva. Son una manifestación externa de un desequilibrio interno, una señal que nuestro cuerpo nos envía para indicarnos que algo no está funcionando en armonía.
El sistema inmunitario, en su sabiduría innata, está diseñado para protegernos. Cuando reacciona de forma desproporcionada a elementos como el polen, el polvo o ciertos alimentos, nos está diciendo que su capacidad de discernimiento se ha visto comprometida. Esta hipersensibilidad puede ser el resultado de una acumulación de factores, tanto físicos como emocionales, mentales y energéticos.
Es innegable que nuestras emociones tienen un impacto profundo en nuestra salud física. La medicina occidental ha comenzado a reconocer cada vez más la conexión mente-cuerpo, y la psiconeuroinmunología es un campo creciente que explora precisamente esta interacción. Desde una perspectiva holística, esta conexión es el núcleo de nuestra existencia.
El estrés crónico es uno de los principales culpables en la exacerbación de las alergias. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol, que, si bien son útiles en situaciones de emergencia, pueden suprimir el sistema inmunitario y alterar su equilibrio a largo plazo. Un sistema inmunitario comprometido es más propenso a reaccionar de forma exagerada, creando un círculo vicioso donde el estrés alimenta las alergias y las alergias, a su vez, generan más estrés.
Las emociones no procesadas o reprimidas también juegan un papel crucial. La tristeza, la ira, el miedo y la frustración, por ejemplo, si no se expresan de manera saludable, pueden manifestarse en el cuerpo como síntomas físicos. En el contexto de las alergias, algunas corrientes de pensamiento holístico sugieren que las reacciones alérgicas pueden estar relacionadas con sentimientos de ser “atacado” o “invadido” por el entorno, sentimientos de aversión hacia alguien y no poder tolerarlo o con la dificultad para adaptarse a una persona o situación. Una alergia a los alimentos, por ejemplo, podría interpretarse como una resistencia a “digerir” ciertas situaciones o emociones en la vida.
La ansiedad y la inseguridad, a menudo arraigadas en el miedo al futuro o a lo desconocido, pueden aumentar nuestra sensibilidad general. Una persona que se siente constantemente amenazada o en estado de alerta es más propensa a que su sistema nervioso simpático, el responsable de la respuesta de “lucha o huida”, esté hiperactivo. Esta hiperexcitación puede extenderse al sistema inmunitario, haciéndolo más reactivo y propenso a desarrollar alergias.
El enfoque holístico busca identificar la raíz de los desequilibrios, en lugar de simplemente tratar los síntomas. Las alergias no son un problema aislado, sino una señal de que uno o más de los pilares de nuestra salud integral están desalineados.
A nivel físico, los desequilibrios pueden incluir:
Según diversas tradiciones holísticas, como la Medicina Tradicional China o el Ayurveda, el cuerpo está permeado por una red de energía vital (Qi, Prana). Un bloqueo o desequilibrio en el flujo de esta energía puede manifestarse como una enfermedad física o emocional. En el caso de las alergias, se podría considerar un estancamiento en ciertos meridianos o chakras, lo que impide que el cuerpo se adapte y responda de manera equilibrada a su entorno.
Nuestra forma de pensar y nuestras creencias también influyen en nuestra salud. Un enfoque mental negativo, la rumiación constante sobre problemas o una falta de propósito pueden generar un estado de desarmonía. A nivel espiritual, la desconexión con uno mismo, con la naturaleza o con un sentido de trascendencia puede manifestarse como una sensación de vulnerabilidad y una mayor susceptibilidad a los desequilibrios.
Abordar las alergias desde una perspectiva holística implica un compromiso con la autoconciencia y el autocuidado en múltiples niveles.
En resumen, las alergias son una invitación a mirar más allá de lo evidente y a considerar la intrincada red de conexiones que conforman nuestro ser. Al abordar los desequilibrios holísticos —físicos, emocionales, energéticos, mentales y espirituales—, no solo podemos aliviar los síntomas de las alergias, sino también embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento y sanación profunda. Desde esta perspectiva integradora, la salud no es la ausencia de enfermedad, sino la expresión vibrante de un equilibrio dinámico en todos los niveles de nuestra existencia.
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