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“El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento,

no se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”
Albert Einstein.

Todos somos en esencia seres espirituales viviendo una experiencia física, esta dimensión del espíritu va más allá de cualquier doctrina o creencia; la espiritualidad viene de nuestro interior, es una fuerza presente desde el primer respiro de vida que anima la multidimensionalidad del ser.

Así pues, la conciencia sobre nuestra espiritualidad nos permite trascender, sanar y evolucionar a niveles elevados de amor, empatía, fuerza y energía espiritual, hechos uno con el universo y la naturaleza.

Cuando cobramos conciencia de la fuerza que reside en nuestra dimensión espiritual, podemos lograr inclusive intervenir en el plano material, transformando la energía de las situaciones que se nos presentan en la vida.

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Actividades al aire libre y contemplación


Herramientas para hacer de la vida un lugar de mayor bienestar

Meditación:

La meditación es medicina para la mente y el espíritu. Esta práctica del budismo se remonta a unos 2500 años. Tiene su origen en India concretamente en la frontera entre India y Nepal.

Cuenta la historia, que allí vivía Siddharta Guautama, un príncipe que vivía entre lujos y comodidades, un día decidió visitar el pueblo quedando impactado al ver tantas privaciones, sufrimiento y pobreza. Conmovido, decidió emprender una vida de ascetismo y aislamiento, entregándose a la meditación para finalmente alcanzar la iluminación. Así, se dice, fue como Siddharta se convirtió en Buda el iluminado.

La meditación se basa en tres pilares fundamentales. El primero: ser conscientes del momento presente, del aquí y el ahora. El segundo: observar sin juzgar si es negativo o positivo lo que acontece, lo que percibimos y lo que pensamos. El tercero: la compasión por todos los seres vivos y por nosotros.

Al meditar, vamos logrando dejar de lado emociones y pensamientos, toda nuestra atención está puesta en alcanzar la calma mental, y nos alejamos de los pensamientos cotidianos que ocupan todos los espacios de nuestra mente. De esta manera, al concentrarnos enfocándonos en la respiración, se desarrolla la comprensión del vínculo con la vida, y además, una profunda conexión con el momento presente, ya que no respiramos ni en el pasado ni en el futuro, solo en el instante presente. Luego, una buena postura, -que sería el vínculo con nuestro cuerpo físico-, finalmente, el Shuniata – el vacío o la vacuidad- por donde entrará la calma a nuestro interior.

La práctica diaria de la meditación, nos abre a la conciencia de que estamos vivos, en el presente, que somos materia y flujo de energía, en cambio permanente. Asimismo, alcanzamos la comprensión de que vivir en el pasado o en el futuro, es una impostura de nuestra mente, pues el pasado quedo atrás y el futuro aún está por llegar. Esto último, nada tiene que ver con seguir un plan establecido para la funcionalidad y la armonía en las actividades cotidianas.

La experiencia de la meditación nos permite: la relajación, lo cual, nos apropia de nuestro cuerpo y mente. Asimismo, desprendernos de pensamientos negativos, parásitos. Finalmente, la meditación nos conecta con nuestro ser interior, nadie puede vivir esta experiencia por nosotros. Podríamos decir, que meditar es también entregarte al presente, aceptar el presente.
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Buda

Mindfulness:

El mindfulness es un programa de reducción de estrés, fundado en 1982 en Estados Unidos por el Dr. Jon Kabat Zinn, basado en técnicas de meditación budista- aprendida por Kabat en la India en los años 60, el mismo, incorpora prácticas de psicología occidental. El origen del mindfulness -no del término, sino de la práctica-, está fundamentado en antiguas prácticas budistas.

Son incontables las personas que han sido beneficiadas positivamente por esta filosofía durante décadas. Esta técnica de meditación y relajación despierta en nosotros la conciencia de las emociones, posibilitando el que nos limpiemos de emociones negativas como la envidia, frustración, la ansiedad, entre otras, producto de no poder cambiar la realidad externa y de no aceptarla tal como es. Esto a la larga afecta la salud física, mental y emocional.

El mindfulness se enmarca dentro de las terapias holísticas, ya que, la filosofía holística abarca todas las prácticas y técnicas que traten los fundamentos del ser humano como un todo: cuerpo, mente y espíritu. Así también, el mindfulness a través de los ejercicios meditativos desarrolla nuestra atención, empatía y aproximación sana hacia las personas que nos rodean y la naturaleza.

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Meditación grupal

Terapias holísticas

Partiendo del hecho de que sin gozar de salud integral no podemos disfrutar plenamente del regalo de la vida, conectarnos con terapias holísticas -como: mindfulness, meditación, reiki, homeopatía, medicina floral, acupuntura, aromaterapia, fitoterapia, hidroterapia, entre muchas otras-, propicia, gracias a sus procedimientos específicos, gozar de buena salud y equilibrio emocional.

Practicar la espiritualidad, para alcanzar el equilibrio y lograr vivir en el presente.

Ahondar en nuestra espiritualidad, es la única experiencia que nos conecta con nuestro mundo interior para comprender realmente el significado de lo que pasa en el mundo exterior, retirando las veladuras que el rápido ritmo de la vida moderna imprime a nuestras vidas. La velocidad en que se suceden los cambios, la competencia y comparación a todos los niveles, la exigencia de afuera y desde nosotros mismos por resultados materiales, han hecho que la interacción perfecta entre cuerpo, mente y espíritu colapse.

Antagónicamente, cada día aumenta el número de personas conscientes de la necesidad de vivir y practicar una espiritualidad coherente en busca de la armonía. Una espiritualidad que nos permita entender y no afectarnos por las nuevas situaciones culturales y de vida en el presente. En este momento, en el mundo hay cada vez más personas trabajando en su espiritualidad, esto debido al valor que le estamos dando a la trascendencia del espíritu para crear el punto de equilibrio frente a los diversos retos de la vida.

En conclusión, elementos tales como buscar una respuesta desde lo espiritual a las diferentes situaciones de la vida, el estudio y práctica de las filosofías holísticas haciendo especial énfasis en la meditación diaria, una alimentación consciente, el ejercicio físico acompañado de la observación atenta a la naturaleza, compartir con otras personas y grupos en alegría, la risa, el agradecimiento y sobre todo el amor y la compasión por todos, son las herramientas para lograr dar sentido a la vida y disfrutarla.

Por consiguiente, armémonos de amor para iniciar la aventura de descubrir los infinitos regalos de la espiritualidad.

“La felicidad es el significado y el propósito de la vida, todo el objetivo y el fin de la existencia humana”
Aristóteles

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