El primer acto de la vida es respirar. La calidad de nuestra respiración, aunque suela pasar inadvertida, posee efectos considerables sobre nuestra salud integral.
Existen diferentes tipos de meditación que pueden mejorar nuestro bienestar, y nuestro equilibrio holístico, Y que en casi todos la respiración, constituye un nexo primordial entre los cuerpos físico, mental y espiritual para lograr ese balance.
La respiración es una de las bases fundamentales del yoga y de la meditación. Es común que al iniciar prácticas guiadas de meditación o yoga, se comience por abordar técnicas de respiración, o, dicho de otro modo, comenzamos por aprender a respirar de un modo más saludable, eficiente y consciente.
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En suma, las técnicas de respiración ayudan a equilibrar la energía vital. Por tanto, contribuyen a nuestro bienestar general.
Para saber más sobre prana visita: ¿Qué es prana?
Las técnicas de respiración se basan en la atención y concentración sobre el proceso de inhalación y exhalación del aire. Así, se consigue volver los movimientos de respiración más lentos a la vez que se llenan los pulmones totalmente. Este tipo de respiración, por ejemplo, es conocida como respiración diafragmática, puesto que en ella se logra hacer trabajar de un modo óptimo el músculo del diafragma, el cual, es un músculo tendinoso fundamental en el proceso respiratorio.
Para empezar, resulta útil encontrar un ambiente relajando y libre de distracciones. Algunas personas pueden ayudarse con inciensos y esencias, sin embargo, estos elementos son accesorios prescindibles. Seguidamente, nos acostamos boca arriba, con una mano en el pecho (al
Realiza esta respiración 3 minutos al día y te darás cuenta de los beneficios que te aporta para tu bienestar general.
La respiración lenta disminuye el ritmo cardiaco, a la vez que aliviana la tensión muscular. De este modo, la respiración se convierte en una herramienta invaluable en momentos de tensión y estrés.
Fortalece la capacidad pulmonar y, por tanto, preserva nuestro sistema cardio-pulmonar.
Una mejor respiración significa más oxígeno en la sangre, lo cual, facilita a su vez el trabajo del sistema cardiovascular.
Al enfocar la atención en la respiración, e incorporar este hábito a nuestras vidas, no sólo mejoramos la atención, también mejoramos nuestra memoria de trabajo, esto es, aquella información que retenemos en el corto plazo y que nos es de utilidad para resolver problemas.
Al entrar más aire en cada respiración, también entrará más oxígeno, por consiguiente, una respiración profunda y concentrada siempre mejorará la oxigenación del cuerpo.
Ayuda a mejorar la eliminación de toxinas al ingresar más oxígeno en las células. Como cualquier método oxigenante celular, las técnicas de respiración ayudan a disminuir toxinas en el cuerpo según apuntan algunas investigaciones.
Siendo una práctica Zen, la respiración nos aporta tranquilidad y nos ayuda a lidiar con el estrés del día a día, y la ansiedad que nos generan algunas situaciones. Aplicar las técnicas de reparación es, pues, un espacio para estar con nosotros mismos y olvidarse de los problemas por algunos minutos.
Disminuir los niveles de estrés -el cual es también conocido como el asesino silencioso-, beneficia enormemente nuestra salud por cuanto el estrés se combate con técnicas que atañen a modos de vida y prácticas saludables como la meditación y el deporte.
Una vez estemos totalmente concentrados en la profundidad, el ritmo y el fluir de la respiración, estaremos dejando a un lado nuestros pensamientos y podremos alcanzar estados meditativos con mayor facilidad.
Meditar concentrándose en la respiración es una forma excelente de hacerlo. Asimismo, la práctica de la meditación constante se ha asociado a una disminución de la amígdala área del cerebro encargada de procesar algunas emociones negativas como el estrés, el miedo y la ira. Así, respirar correctamente y meditar, nos otorga control emocional.
En definitiva, una mejor respiración atañe a una mejor calidad de vida. Si empezamos a vivir desde que respiramos, la respiración es, pues, el hecho material más ubicuo y omnipresente en nuestras vidas. Por consiguiente, resulta lógico que al mejorar el desempeño del proceso de respiración, se mejore también nuestro bienestar general de un modo sistémico e integral.
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