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La meditación ha irrumpido con fuerza en occidente durante las últimas décadas. No obstante, lejos de ser tan sólo una moda, esta práctica milenaria se ha mantenido gracias a los efectos tangibles que genera en sus practicantes.

Por otro lado, esta práctica reduce el estrés y la ansiedad, mejora la memoria de trabajo, la capacidad de planificación y nos hace más empáticos. Estas experiencias antes subjetivas han sido avaladas progresivamente por la neurociencia a través del estudio de sus efectos en meditadores expertos y principiantes. Los estudios a través de resonancias magnéticas demuestran que, en efecto, la meditación puede generar cambios en la estructura cerebral.

¿Es distinto el cerebro de los meditadores?

neurona meditaciónEl estudio de las imágenes cerebrales de meditadores profesionales, neófitos y de no meditadores, ha permitido establecer un criterio preciso y concluyente sobre los efectos de la meditación. En un estudio realizado por la Universidad de Harvard, en el Hospital General de Massachusetts, se observó que la meditación puede reconstruir materia gris en tan sólo ocho semanas. De este modo, se comprueba que los beneficios psicológicos y cognitivos de la meditación se expresan en un engrosamiento de la materia gris del hipocampo. El hipocampo, por su parte, es una región cerebral que juega un importante papel en la regulación de las emociones y que también se asocia a la memoria, la compasión, la autoconsciencia y la introspección.

La plasticidad neuronal es la base biológica que posibilita el cambio en la estructura cerebral que manifiestan las personas que meditan. Dicha plasticidad es, pues, la clave de su gran utilidad como herramienta terapéutica.

meditación neurona

Ver también: Plasticidad cerebral y neurogénesis.

Disminuye los niveles de estrés

La disminución de los niveles de estrés observada en meditadores se ha podido observar en las tomografías de resonancia magnética.  En la resonancia se ha observado un achicamiento de la amígdala, la cual, es la región primitiva del cerebro que controla las respuestas de lucha y huida ante amenazas reales o potenciales, y cuya activación excesiva en las sociedades modernas deviene en estrés crónico. Por otra parte, la meditación, al igual que el ejercicio físico, ayuda a incrementar los niveles de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados a estados de bienestar.

En síntesis, la meditación genera mejoras en los tres sistemas cerebrales: el reptiliano (el cual se encarga de las conductas automáticas e instintivas) el cerebro límbico (asociado a las emociones) y la neo-corteza (asociada a las funciones cognitivas superiores).

¿Qué sucede con los meditadores principiantes?

Aunque accesible para todos, meditar es una práctica que requiere constancia y disciplina. Así, pues, meditar, antes que ser una práctica curativa, es un hábito preventivo. Ciertamente, los meditadores profesionales generan una mayor cantidad de conexiones entre sus neuronas que las personas que jamás han meditado, siendo que este efecto se amplía con el tiempo que le han dedicado a la meditación a lo largo de sus vidas. Este hecho se ha revelado en múltiples estudios, como por ejemplo, el llevado a cabo por la UCLA  sobre 49 personas con una experiencia de 20 años meditando. En el estudio, las áreas en donde más neuronas se habían generado eran aquellas asociadas al pensamiento, la reflexión, la memoria de corto y largo plazo, el juicio y la toma de decisiones.

Sin embargo, aún aquellos que recién comienzan a meditar se han visto beneficiados por esta poderosa herramienta de autoconocimiento y crecimiento personal. Dicho de otro modo, no necesitamos esperar una década para disfrutar de los beneficios de la meditación. En tan sólo ocho semanas se pueden advertir los beneficios de meditar según apuntan las últimas investigaciones sobre esta práctica.

¿Por qué es buena idea meditar?

– Es posible conseguir resultados en pocas semanas. No necesitamos llevar años meditando para disfrutar de los beneficios de esta práctica. No obstante, se requiere de la disciplina necesaria para crear el hábito de meditar.

– No es necesario un estado de consciencia alterada para relajarse, la mera concentración en las sensaciones corporales como la respiración son suficientes.

-Se puede llevar a cabo en cualquier lugar. La meditación no requiere de un ambiente específico, ni de implementos particulares (velas, música, incienso). Estos elementos pueden ayudar a  la relajación antes de meditar, pero no son estrictamente necesarios.

– Realizamos una práctica avalada por la ciencia. Entre tantas corrientes espirituales, la meditación goza del privilegio de tener una gran cantidad de estudios que avalan sus beneficios.

– No existe un límite de tiempo para meditar. El tiempo que le dediquemos a la meditación dependerá de nuestra disponibilidad del mismo y de lo cómodo que nos sintamos meditando durante periodos breves o largos. Sin embargo, aún con 5 minutos de meditación diarios, podremos advertir sus efectos sobre nuestro bienestar.

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