La sanación esenia es básicamente una terapia energética que consta de masajes con aceites, terapias sonoras, de luz y con piedras, que fungen de instrumentos para equilibrar y armonizar las energías. Al restablecer el equilibrio energético que ha sido perturbado, se activan los mecanismos de auto-sanación que todos poseemos. Para los esenios -tal como se establece en las terapias holísticas-, existe una unidad entre el la mente, el cuerpo y el espíritu.

Un breve recorrido por la historia de la historia de los esenios

Los esenios datan del siglo II a.c. remontándose al tiempo de la insurrección de los Macabeos. Los esenios se desarrollaron como comunidad, en el entorno desértico e inhóspito de la “Ciudad de la Sal”, en Judea. Sin embargo, se dice que es probable que esta comunidad haya tenido sus orígenes en Egipto, aunque al día de hoy, ningún historiador haya podido establecer una conexión oficial entre los conocimientos del antiguo Egipto y el de los esenios.

En torno a un conjunto de creencias y saberes espirituales avocadas a generar el crecimiento espiritual, la trascendencia del plano material y la expansión de la consciencia, los esenios se formaron como una comunidad más o menos aislada, con un nivel de producción agrícola que les permitía auto-sostenerse, pese a la aridez geográfica de su asentamiento. Sus bienes eran colectivos, la producción de la comunidad era distribuida según las necesidades de los miembros del grupo, siendo que los huérfanos, pobres y enfermos ocupaban un lugar prioritario en dicha repartición.

Cualquiera podía solicitar sumarse a la comunidad esenia. No obstante, para ser aceptado como miembro de los esenios (yahad), se debía atravesar por un periodo de iniciación prolongado.

Si bien eran conocidos como los piadosos, o los nazarenos, entre la población de Judea, se dice que los esenios se autodenominaban los hijos de la luz. Por otro lado, según algunas teorías, la palabra esenio puede provenir del vocablo griego ossios (santo). Otros, ubican el origen de la palabra en el griego hasi dei (piadosos) que en arameo vendría a ser hesé. Los textos antiguos conservados por los árabes, por otro lado, adjudican el término al hebreo asaim, que traduce como “sanadores”. En tanto que otras teorías, le dan un origen siriaco a la palabra, según el cual, el vocablo esenio provendría de la palabra asaya que significa terapeuta. Y es que, lejos del origen etimológico del término, los esenios eran conocidos precisamente por ser sanadores. Según Josefo, quizás el más famoso de los historiadores hebreos del siglo I, los esenios estudiaban con gran cuidado y asiduidad textos antiguos de medicina que versaban sobre plantas y minerales ocultos.

Jesús de Nazareth y los esenios

Se cree que Juan el Bautista y Jesús de Nazareth, fueron maestros esenios. Bajo este orden de ideas, muchos consideran que el germen de la religión cristiana (y del ya desaparecido catarismo) se encuentra en la filosofía de los esenios.

Yendo tras la huella del Jesús histórico, algunos estudiosos del tema han encontrado en los evangelios sinópticos, pistas sobre el vínculo de Jesús de Nazareth con los esenios. Asimismo, los manuscritos del Mar Muerto, -un conjunto de textos encontrados en vasijas de cerámica en Qumram, a orillas del Mar Muerto-, apuntan a señalar lo mismo; Jesús de Nazareth y Juan el Bautista muy probablemente pertenecieron a la fraternidad esenia. Bajo este orden de ideas, se cree que al acto bautismal, por el que Juan el bautista era conocido, era parte de una terapia esenia de sanación con agua. Así, pues, Juan el Bautista, pudo haber sido un maestro o terapeuta sanador esenio.

A pesar de no haber evidencia contundente al respecto, resulta claro que las enseñanzas de Jesús de Nazareth y de Juan el Bautista diferían sustancialmente del judaismo imperante en la época, en tanto que eran muy próximas a las creencias y enseñanzas de los esenios, por lo cual, algunos estudiosos del tema aseveran que de no haber sido esenios, Jesús y Juan debieron, cuando menos, haber recibido una fuerte influencia de la comunidad esenia. Además, el pilar del método terapéutico de los esenios era la compasión, lo cual, encaja con las figuras de Jesús y Juan.

Terapias de sanación esenias

La enfermedad, según la tradición esenia, viene antecedida por la energía que creamos a través de los pensamientos y sus emociones asociadas. Luego, este desequilibrio integral se va filtrando por ósmosis a las capas de energía más densas, hasta llegar a la materia o cuerpo físico, manifestándose, pues, como enfermedad.

Las prácticas sanadoras de los esenios llegadas hasta nuestros días, incluyen la imposición de manos, ejercicios y hábitos que potencian el poder de la mente, la práctica de la compasión y la oración. De igual modo, la sanación esenia puede valerse de piedras y entonaciones (voz humana) como canales de transmisión energética que apunten a equilibrar y armonizar a la persona de una manera integral.

Las terapias esenias se desarrollan a partir de una entrevista, que va seguida de  una lectura del aura, para pasar, seguidamente, a determinar el tipo de terapia que se aplicará.

Pero la sanación esenia, va más allá de ser un método de curación. Es una filosofía de vida que involucra el crecimiento personal y el desarrollo de estados elevados de conciencia. Un saber milenario cuyas enseñanzas, como es de esperarse, encuentran lugares comunes con las herramientas para el crecimiento personal desarrolladas por diversas culturas alrededor del mundo, y que han llegado a nosotros como terapias holísticas. Podríamos decir, que la base de la filosofía de los terapeutas de la fraternidad esenia era enseñar, ayudar y sanar, conectados profundamente con el amor compasivo y universal.

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