Las terapias alternativas se han ido convirtiendo poco a poco en parte del instrumental necesario para el buen vivir. Y es que muchas de estas, incorporan hábitos cuyos beneficios para la salud -conforme van siendo investigados por la ciencia-, se hacen cada vez más patentes y populares.
A diferencia de la medicina occidental, que trata al ser humano en parcelas sin tomar en cuenta muchas veces la interconexión de las distintas dimensiones de la existencia humana, las terapias alternativas son holísticas. Esto es, se ocupan de generar bienestar y equilibrarnos en nuestra dimensión material, emocional y mental, las cuales, se articulan a su vez a nuestra dimensión energética. Asimismo, reconoce la unidad de las partes con el todo y, por consiguiente, parte de que los desequilibrios que atañen a enfermedades y padecimientos son fundamentalmente sistémicos.
Así, por ejemplo, si algo afecta nuestras emociones, afectará también (en el corto, mediano o largo plazo) a nuestra salud y, en consecuencia, a nuestras energías, siendo que cada aspecto de nuestra existencia se haya estrechamente articulado. Yendo aún más allá, nuestra relación con el medio ambiente es eco-sistémica, es decir, el ambiente exterior también nos afecta, en tanto que nosotros -que duda cabe-, generamos un impacto en el ambiente que nos rodea.
El estrés y las terapias alternativas
Los modos de vida modernos suelen ser ajetreados, incorporando hábitos para los que la humanidad no está totalmente adaptada. No hemos evolucionado para pasar 8 horas diarias sentados en un ordenador, ni para soportar grandes cantidades de estrés laboral. A estos efectos, el sedentarismo y otros aspectos de los modos de vida modernos no sólo pueden estresarnos emocionalmente, sino que también pueden estresar a nuestro organismo sin que podamos advertirlo.
Sospechamos el daño que encubre este modelo ruidoso y tenso de vida, pero muchas veces nos sentimos paralizados ante las opciones disponibles para solucionar sus efectos en nuestro cuerpo, que van desde estados emocionales alterados hasta graves enfermedades producto de ese desorden y desequilibrio. Al estrés, se le ha llegada a llamar el asesino silencioso, dados sus probados efectos nocivos para la salud y la medicina occidental normalmente sólo lidia con sus efectos de largo plazo; la enfermedad. No obstante, vale la pena recalcar que el estrés es, ante todo, un desequilibrio sistémico que puede ser combatido con terapias holísticas.
Sanar de manera holística
Las terapias alternativas vienen a nosotros de la mano de médicos e investigadores desde tiempos remotos, basadas en el concepto del equilibrio vital entre las energías, el espíritu, las emociones y la materia. Asimismo, parte del entendimiento de que todo es energía, y del reconocimiento de la capacidad del organismo para la auto-sanación, restableciendo así el equilibrio y la armonía.
Según la medicina china tradicional, la enfermedad ocurre cuando se altera el flujo del chi (o energía vital) bloqueando algún chakra (centro energético) y se produce un desequilibrio del yin y el yang (principios femenino y masculino), es allí donde las terapias alternativas ofrecen no solo la cura a los padecimientos, sino también la prevención de los mismos; invita a formar parte de un estilo de vida más sano y feliz conducente a la evolución espiritual.
Las terapias alternativas son inocuas
A diferencia de la medicina occidental, las terapias alternativas no son invasivas. Muchos fármacos, por ejemplo, generan daños colaterales y efectos secundarios que hacen de su uso, en ocasiones, un último recurso para combatir la enfermedad. Resulta claro, pues, que muchos tratamientos médicos invasivos generan desequilibrios sistémicos en aras de curar alguna enfermedad o dolencia. La medicina alternativa, por el contrario, no genera daños colaterales. Así también, busca sanar de un modo sistémico. Podemos decir que tienen un mayor alcance por cuanto buscan corregir el origen del problema; ciertos hábitos o prácticas que nos desarmonizan.
No obstante, Las terapias alternativas no buscan en modo alguno sustituir o renegar de la medicina occidental. Por el contrario, buscan articularse a la medicina tradicional como herramientas valiosas para mejorar la calidad de vida de las personas. Así, pues, constituyen una instancia distinta pero complementaria para promover nuestra salud y bienestar.
Las terapias alternativas y los hábitos
Las terapias alternativas no son sólo una opción más para combatir algunas enfermedades asociadas a modos de vida modernos. En realidad, son la primera opción en tanto que atañen a la incorporación de hábitos preventivos y enfoques más saludables sobre la percepción de la realidad. Con esto, como se ha mencionado antes, no se quiere decir que se debe prescindir de la medicina occidental moderna. Antes bien, se está afirmando que si se atienden las causas de las enfermedades asociadas a los patrones de vida moderna, estas disminuirán en buena parte en la sociedad en su conjunto. A este respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), no sólo reconoce la importancia de las prácticas preventivas como, por ejemplo, el ejercicio diario y la alimentación saludable, sino que también, avala los efectos de algunas terapias alternativas.
Terapias alternativas y ciencia
Las terapias alternativas llegan a nuestros días con la experiencia acumulada durante siglos y respaldadas por estudios científicos confiables.
Las terapias complementarias son la opción sanadora para el tratamiento y ayuda en enfermedades sin efectos colaterales agresivos en el cuerpo. En la actualidad, las terapias alternativas ya son reconocidas, clasificadas y agrupadas en cinco categorías por El Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria, organismo gubernamental de Estados Unidos. Estas grandes categorías son: productos naturales, medicina de la mente y el cuerpo, prácticas de manipulación y del cuerpo. Cabe destacar que muchas terapias alternativas pueden pertenecer a más de una de estas categorías.
Terapias alternativas de probado efecto
Terapia alternativa de Reiki
Venida de Japón, el Reiki es una de las terapias alternativas más jóvenes creada por el monje budista zen japonés Mikao Usui en el año 1922. Esta maravillosa técnica no invasiva, basada en el manejo del campo de energía para influir en la sanación del paciente, utiliza las manos como conductores de energía para reactivar el proceso de auto-sanación del organismo.
La Meditación y el yoga
Cada día nos convencemos más de la importancia de estas técnicas que bien dirigidas nos aportan la evolución de la conciencia, la espiritualidad y una mejor calidad de vida.
Aromaterapia
El olfato es uno de los sentidos más poderosos a la hora de evocar memorias y sensaciones. Por consiguiente, sus efectos terapéuticos han sido advertidos desde la antigüedad. Así, pues, la estimulación a través de aromas ha demostrado ser efectiva para combatir ciertos tipos de dolencias.
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Como estas, son muchas las elecciones que tiene el paciente hoy en día a la hora de buscar una terapia alternativa para sanar sus patologías de una manera holística, considerando al ser humano como una unidad esencial cuerpo, mente y espíritu.
Las terapias alternativas como una aproximación distinta al ser humano
Las terapias alternativas son a la vez cura y herramienta para el crecimiento personal. Algunas de ellas incorporan hábitos que pueden mejorar sustancialmente nuestra calidad de vida y, por consiguiente, prevenir enfermedades.
Antes que curar generando daño colateral sin tomar en cuenta la unidad holística del ser tal como lo hace la medicina occidental, la medicina alternativa previene y sana de un modo sistémico, a la vez que promueve el bienestar y el crecimiento personal.
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Me gustaria estar en contacto y disipar algunas dudas
Hola Francisco,
Claro, con gusto, me puedes contactar al 660123494 o a info@regresoakasha.com
Un saludo,
Elisabeth