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“En un vasto universo, cuyos límites no conocemos, como tampoco conocemos a todas las especies que lo habitan, ni muchos menos, todas las dimensiones que lo atraviesan. En este marco transcurre una bella historia que jamás podrá suceder nuevamente, dado que ya aconteció. Esa es tu vida.”

Ulises Pastor Barreiro

                                                                           “Todas las cosas están en el universo, y el universo está en todas las cosas: nosotros estamos en él, y él está en nosotros; de esta forma todo coincide en perfecta unidad.”

Giordano Bruno

El infinito universo, basto y en armonía, está formado por más de 125 billones de galaxias. Cada una de estas galaxias está compuesta de cientos de millones de estrellas. Donde, el planeta tierra es parte de una de estas galaxias, la llamada vía láctea, y el sol, alrededor del que orbitamos solo una estrella entre esos billones.

Siendo así, resulta difícil negar la posibilidad de la existencia de vida en otros mundos. ¿Podrían haber incidido algunos de estos seres de otros planetas en nuestra  expansión y desarrollo espiritual, biológico y hasta material? 

Pleyadianos: los hermanos mayores

En el ámbito de la ufología, los Pleyadianos, también conocidos como Los hermanos del espacio, son una raza extraterrestre descrita minuciosamente por quienes afirman haber sido contactados por ellos

Estos contactos aseveran que desde siempre hemos sido acompañados y guiados  por estos hermanos mayores, en el despertar de la conciencia y el desarrollo espiritual a través del tiempo, y que estos, han estado presentes desde los albores de la humanidad, mimetizándose con el entorno. 

Se dice que los Pleyadianos comparten con nosotros rasgos físicos y biológicos, aunque difieren en el desarrollo espiritual y tecnológico. Así también, estos contactos aseguran, haber recibido información de la participación de esta raza superior en la aportación del ADN del que estamos hechos, lo que los convertiría en nuestros ancestros.

Es así, según lo describen los contactados, como en el principio de los tiempos se hicieron presentes los Pleyadianos, maestros procedentes de las siete estrellas denominadas por nosotros como Las Pléyades, las cuales, les dan el nombre con el que les conocemos. 

Según sus testimonios, no han sido pocas las ocasiones en que, de manera indirecta a través de sutiles inspiraciones, los Pleyadianos, han intentado incidir positivamente a través del amor y la empatía, para mostrarnos el camino acertado de evolución y crecimiento espiritual. 

Asimismo, durante esos periodos determinados por guerras, cambio climático, filosofías de odio, discriminación, intolerancia y menosprecio e indiferencia por la naturaleza que nos amenaza a todos, ellos siempre han estado observantes entre nosotros para guiar, según aseveran las personas contactadas.

No obstante, los Pleyadianos les han dejado entrever, que su misión no es intervenir dramáticamente, sino iluminar, inspirar con amor e ideales en aquellos que sientan el llamado al despertar de la conciencia de quienes somos, y de dónde venimos. Para traer de regreso el recuerdo original adormecido dentro de cada uno de lo que somos en esencia; seres espirituales viviendo una experiencia física, para recuperar nuestro destino. Así, pues, los cambios vendrán desde dentro de cada uno de nosotros, sus amados hermanos menores.

Primeros registros de los pleyadianos

La arqueología nos presenta registros extraordinarios sobre el tema. Entre ellos, esculturas, grabados, pinturas y geoglifos, como por ejemplo, las líneas de Nazca en Perú, los de Chug-Chug en Atacama, Chile y los de Rodonia en Brasil, entre otros.

En opinión de los entendidos en ufología, estas huellas materiales son la prueba de las innumerables visitas y contactos establecidos a través de diferentes periodos de la humanidad, los cuales, parecieran afirmar que los pleyadianos han caminado desde siempre entre nosotros.

Recientemente, se han desvelado a nivel oficial archivos e informes, como el presentado por el documentalista Jeremy Corbell, quien publicó en internet un video de visión nocturna captado por un barco de la armada de Estados Unidos en el que aparecen objetos no identificados en forma piramidal sobrevolando la nave.

Así también, el pentágono, en el año 2021, ha  desclasificado y admitido una enorme cantidad de archivos, documentos y material relacionado con avistamientos y más, producidos en los últimos 70 años.  

Por otra parte, ufólogos y estudiosos de todo el mundo se han dedicado a exponer experiencias narradas de personas  que afirman haber sido contactados por Pleyadianos, o como les denominaron: “hermanos de las estrellas”. 

Los contactos

El primer contacto registrado con los Pleyadianos, del que se tenga conocimiento,  ocurrió en una aldea de Suiza en el año 1942. Este extraordinario evento fue narrado por un niño de 5 años, Eduard Albert Meier (Billy Meier), quien afirmaba, a una corta edad, haber sido contactado por Sfath, un“Plejaren” (habitante de las Pléyades).  

Varios años después, convertido en hombre, aseguraba que bajo la guía y formación de los hermanos mayores en el transcurso de su vida, había recibido la inspiración para trasmitir su filosofía de amor y evolución. Así escribiría más de 45 libros sobre autorreflexión, además constituiría la comunidad FIGU (Comunidad libre de intereses para las ciencias fronterizas, espirituales, y estudios ufológicos).

Posteriormente, en México en el año 1984, el periodista e investigador de ovnis Jaime Maussan, difundió el caso de Billy Meier a través de dos emisiones televisivas  en el programa “En el mar del Universo”.

Es así como el periodista expone ante el mundo videos, fotos y grabaciones de sonido, todo con sus respectivos análisis, siendo los resultados incontrovertibles: no parece haber trucaje en el material -si bien, para la época no se pudieron reproducir las grabaciones facilitadas por Meier. También se estudió una pequeña muestra de metal, la cual, Meier aseveraba que era de origen extraterrestre.

Finalmente, Billy ha centrado todo su esfuerzo en trasmitir a aquellos que lo quieran escuchar, el producto de más de 700 contactos, donde se han tratado diferentes temas como el conocimiento, la armonía, el amor, la evolución y la comunión con el medio ambiente.

Los canalizadores

Estas experiencias se siguen repitiendo en épocas más recientes y han sido ampliamente divulgadas. Casos como el  del norteamericano Lee Carroll, quien refiere ser canalizador desde el año 1989 de una entidad del servicio magnético llamada Kryon.

Descrita por Lee como una “entidad amorosa y angelical”, bajo cuya inspiración ha escrito 13 libros, de los cuales, tres han sido dedicados al conocimiento y guía para la formación de los niños índigo.

Más recientemente, el joven de origen Argentino Matías De Stefano -niño índigo nacido en 1987, recordador y caminante-, nos ha referido su conexión con los registros Akáshicos. Matías, desde los 21 años comenzó a divulgar por el mundo su cosmovisión filosófica. En diferentes ocasiones, Matías ha hablado de cómo estos seres angelicales de las estrellas; los Pleyadianos, han ayudado a la vida en nuestra dimensión.

Según mi propia percepción, no estamos solos en el universo. Nuestros hermanos de otros planetas, conforman civilizaciones más avanzadas que la nuestra, ya que su nivel de convivencia es armónica, respetuosa y pacífica. Precisamente por ese respeto hacia nosotros, no interfieren en nuestra civilización. Sin embargo, sienten mucha compasión hacia los diferentes conflictos en nuestro planeta y el sufrimiento que generan y por ello están constantemente “observantes” de los sucesos que aquí suceden. Es posible, que en más de una ocasión hayan sentido las ganas de intervenir o ayudar, menos sutilmente, ya que nos superan en tecnología. Sin embargo, son observadores de las jerarquías del universo, que por ahora establecen la no intervención en nuestro planeta.

Finalmente, cierro con una frase del físico y teólogo inglés Isaac Newton (1643-1727), “Si todos los sitios a los que tenemos acceso están llenos de seres vivos, ¿por qué todos esos inmensos espacios del cielo sobre las nubes serían incapaces de tener habitantes?”.

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