El cerebro de los niños es como una esponja. Su capacidad para aprender cosas nuevas sólo parece ser superada por su insaciable curiosidad. Debido a su elevada neuroplasticidad, los niños se hayan en la edad ideal para incorporar hábitos saludables como la meditación, los cuales, impactarán positivamente en su bienestar y en sus vidas adultas.
Uno de los mejores regalos que podemos hacerle a nuestros hijos es, pues, enseñarles a meditar. Enseñarles a meditar es, en última instancia, regalarles salud y bienestar. La meditación en los niños busca promover la empatía, la calma y la gestión emocional.
Una mejor gestión emocional
Los niños son particularmente susceptibles a cambios bruscos en la estructura familiar que alteren su círculo de seguridad y protección tales como divorcios, pérdidas afectivas por fallecimientos y conflictos tanto en el ámbito familiar como escolar. Estos eventos pueden generarles traumas y, por consiguiente, el niño debe ser acompañado y atendido debidamente por las personas a su cargo durante cualquier proceso complicado. A este respecto, siendo la infancia una de las etapas más determinantes en la vida humana, la meditación es una forma de desarrollar resiliencia para que los niños puedan asimilar mejor las circunstancias difíciles, evitando traumas. Así, pues, tal como en los adultos, en los niños el mindfulness complementa con resultados satisfactorios cualquier otra terapia.
Los niños pueden aprender mindfulness de una forma didáctica
El mindfulness es una técnica de meditación que consiste en traer la atención al momento presente. Si bien nuestros pensamientos suelen rememorar constantemente el pasado, o bien, divagan constantemente en el futuro, el mindfulness nos invita a vivir en el presente, esto es, experimentar el aquí y el ahora plenamente durante algunos minutos.
Ahora bien, quizás esto suena complicado o inaccesible para un niño. No obstante, los niños pueden alcanzar un nivel de concentración en el presente asombroso, lo cual, se puede observar en sus juegos y procesos de aprendizaje toda vez que sienten un interés auténtico en algo. Aún para los niños que han sido diagnosticados con síndrome de déficit de atención TDA, el mindfulness para niños busca explotar esta capacidad natural de los niños de experimentar el presente.
Experiencias alrededor del mundo
La incorporación de la meditación a tempranas edades es parte de muchas culturas orientales, siendo una práctica que ha logrado sobrevivir hasta la actualidad. Al nacer en el seno de familias que practican corrientes espirituales que incorporan formas de meditación, es natural que muchos niños adopten la meditación como una práctica habitual.
En occidente, por otra parte -habida cuenta de los beneficios de la meditación comprobados por la ciencia-, la meditación no forma parte de las tradiciones culturales, pero recientemente se está incorporando en las escuelas. De este modo, Países como Holanda, Canadá, Estados Unidos, El Reino Unido y Australia, han implementado programas de meditación para niños en las escuelas con resultados satisfactorios.
¿Cuáles son los beneficios del mindfulness para niños?
– El niño incrementará su memoria de corto plazo y concentración, lo cual, mejorará su rendimiento escolar y capacidad de aprendizaje.
– Adquirirá una mayor gestión emocional, misma que le conducirá a tener un mejor desenvolvimiento social, así como también, mayor empatía y sentido de responsabilidad.
– Aumentará su autoestima. La meditación amplia el sentimiento de compasión hacia todos los seres, partiendo de quien medita.
– Mejorará el sueño. A pesar de que los niños presentan niveles altos de melatonina y, normalmente, no tiene problemas con el sueño, el mindfulness les ayuda a dormir mejor. El sueño, por su parte, es un factor fundamental para la auto-sanación, la regeneración celular y el bienestar. Dormir nos recarga de energías y es uno de los mecanismos de autosanación del organismo.
– Desarrollará resiliencia. Unido a un mayor control emocional -siendo que disminuye la amígdala según los estudios de resonancias magnéticas–, los niños meditadores son más resilientes y maduros.
– Al incorporar la meditación como práctica, el niño sentirá un mayor bienestar y felicidad, mejorando a su vez la creatividad.
Meditar con mandalas
Hay muchos tipos de meditaciónes para los niños con técnicas de respiración y visualizaciones, pero una de las favoritas para ellos es la relacionada con los mandalas.
Crear o colorear un mandala es una meditación activa para los niños que les suele resultar muy entretenida. Durante el proceso el niño puede ponerse en contacto con sus emociones y poder creativo. Es muy útil para practicar la concentración, activar el flujo de energía positiva y muy rápidamente entran en un estado meditativo y de expansión de la capacidad de la mente.
Te invito a llevar a tus niños a mis sesiones combinadas de reiki, meditación y mindfulness para niños en el Barrio de Salamanca en Madrid. Es una gran herramienta para ellos y la integran muy rápidamente, les cuesta mucho menos que a los adultos crear el hábito de meditar.
También podría interesarte leer: Los mandalas: una herramienta para el crecimiento espiritual.
Comentarios recientes