La palabra namasté, proviene del sánscrito, y es usada en numerosas culturas alrededor del mundo. Más allá de su origen lingüístico, la palabra namasté cobra sentido según el contexto y la cultura que emplee dicha palabra. Sin embargo, presenta algunos lugares comunes que la revelan como una palabra asociada a vibraciones energéticas positivas.
El significado profundo de la palabra namasté
La palabra namasté tiene un significado espiritual y filosófico que rebasa su uso corriente y cotidiano, y que da cuenta de una semántica distinta a la del habla coloquial, en la que se entremezcla el saludo y la reverencia. A estos efectos, algunos señalan que, etimológicamente, la palabra deriva de la raíz namas, que significa “nada de mí”, haciendo alusión a la disminución del ego; una actitud de humildad absoluta pero a la vez un sentido de la fusión del ser con la totalidad. De este modo, el saludo namasté, expresado desde su significado filosófico y espiritual, busca generar un vínculo de unidad entre el emisor y el receptor de la palabra. Un vínculo genuino que rebasa los roles sociales, el estatus o el entramado de significaciones y narrativas en torno al ego y la personalidad.
Namasté: esencia divina y purificación del alma
Dentro de la variedad de significados que podemos atribuir al término, otro de sus significados profundos es aquel que expresa la esencia divina de las personas. Por lo tanto, al pronunciar la palabra namasté acompañada de la reclinación del dorso con las manos unidas (mudras) -tal como se acostumbra en múltiples tradiciones religiosas orientales-, se está afirmando la presencia de la divinidad en el otro, y de la unidad de este con el todo.
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La palabra namasté es, pues, el mutuo reconocimiento de la unidad con el todo y de la esencia espiritual que nos une con el otro y con el universo.
¿Cuándo y cómo utilizar la palabra namasté?
Las palabras adquieren una connotación distinta y generan efectos distintos según el significado que se les adjudique; adquieren una carga emocional y valorativa diferente que repercute indefectiblemente en su carga energética, por cuanto se concibe de un modo distinto en nuestros pensamientos. A este respecto, no es lo mismo pronunciar la palabra namasté como un saludo o despedida siguiendo alguna moda proveniente de las religiones orientales, que siendo plenamente conscientes de su significado espiritual profundo. Y de las buenas energías que contribuimos a desencadenar.
La palabra namasté puede utilizarse como un mantra en la introducción a las prácticas de yoga o en la meditación, con plena consciencia de su significado espiritual y filosófico. En efecto, en el yoga es muy común escuchar esta palabra en la introducción y cierre de cada sesión.
En todo caso, namasté es una palabra sagrada cuya expresión en cualquier contexto social no deja de ser muy positiva bajo sus distintas connotaciones –ya como simple expresión de buenos deseos, ya dentro de una significación espiritual y filosófica más profunda y provechosa.
Bajo este orden de ideas, la palabra namasté sólo puede atraer cosas positivas a nuestras vidas, pues resuena a una frecuencia elevada cuando se le da el significado espiritual y filosófico que atañe a su origen prístino. En consecuencia, desde el punto de vista energético, estaremos vibrando alto.
¿Cuál es el mensaje de cada interpretación de namasté?
En resumen, namasté puede tener las siguientes interpretaciones:
- Somos uno con el todo, que también reside en nosotros: namasté, desde esta acepción semántica, nos invita a sentir empatía y respeto por el otro, reconociéndolo como parte de un todo al que también pertenecemos.
- Las frecuencias más elevadas en mí, saludan a las frecuencias más elevadas en el otro: bajo esta interpretación, la palabra namasté nos hace advertir que en toda persona reside un lado luminoso y elevado cuya resonancia puede estar simplemente latente, pero que merece ser reconocida.
- Honro el lugar sagrado que hay dentro del otro: siguiendo la línea de significaciones vinculadas a la empatía, existen emociones, atributos y estados positivos como el amor, la paz y la verdad, que se reconocen tanto en el otro como en uno mismo, y que se agradecen y honran al pronunciar la palabra namasté.
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Por último, si nos llama la atención hacer un saludo de este tipo, diciendo namasté al encontrarnos con otra persona, un detalle importante a tener en cuenta es que al tiempo de pronunciar la palabra, visualizar el significado de lo que estamos transmitiendo, tanto para nosotros como para el receptor del saludo. De esta forma seremos plenamente conscientes de lo que estamos transmitiendo y generando positivamente con este hermoso saludo.
Algunas ideas que podemos sentir y visualizar a la vez que pronunciamos el saludo namasté podrían ser:
“Me reverencio ante la grandeza y luz que hay en ti”
“Mi Dios interior saluda a tu Dios interior”
“Mi Luz interior honra y se reverencia ante tu luz”
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