Nikola Tesla, tal vez sea uno de los grandes inventores de finales del siglo IX y principios del XX al que su tiempo le negó el reconocimiento que su carácter e inspiración le ganarían para la historia. Tesla, de padres serbios, fue un físico, ingeniero eléctrico e ingeniero mecánico, nacido en Croacia (por ese entonces perteneciente al imperio austrohúngaro). Tesla emigraría a Estados Unidos en 1884 a los 28 años, donde su ingenio seria vital para desarrollar los sistemas eléctricos que usamos hoy. En palabras de Matthew Inman, diseñador de “The Oatmeal”, sitio en internet dedicado al inventor: “Nikola Tesla sería quien daría el puntapié inicial para que la humanidad viva una segunda revolución industrial”.
Pese a su formación científica, las creencias de Tesla estuvieron marcadas por un gran sentido de ayuda a la humanidad. Tesla creía en la ciencia como medio para construir una mejor sociedad. Al inventar la corriente alterna, uno de sus anhelos fue el de proveer de energía gratuita a todo el planeta. Asimismo, intentó construir una red de comunicación global.
Tesla predijo la existencia de partículas con una carga menor que la de electrón, las cuales, hoy se conocen como quarks. Adelantado siempre a su tiempo, creía en el vegetarianismo por razones morales y el empoderamiento femenino para un futuro mejor.
Tesla y la energía
Tesla no sólo creía en la energía eléctrica, creía en la energía en general. El pensamiento, las acciones y hasta el aire, son energía. De hecho, Tesla afirmaba que: “Primero fue la energía y después la materia” afirmación que no parece encontrar oposición en la física moderna.
Su intuición, además, le llevaba a establecer conjeturas sobre la energía que orientaban su espiritualidad y la impronta filantrópica de su trabajo. Según Tesla: “La materia se crea a partir de la energía original y eterna que nosotros conocemos como la luz. Ella brillaba y fueron apareciendo las estrellas, los planetas, el hombre y todo lo que hay en la Tierra y en el Universo.”
El descubridor de la corriente alterna, una de las formas de energía que motorizan el mundo moderno, manifestaba su creencia en las energías en cada frase. En sus palabras: “Si lo que quieres es encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.”
La energía para Tesla tenía una connotación espiritual. Como buen científico, creía en la capacidad humana para controlar la energía en su provecho, rechazando siempre los usos belicistas de esta: “A lo largo de espacio hay energía, y es una mera cuestión de tiempo hasta que los hombres tengan éxito en sus mecanismos vinculados al aprovechamiento de esa energía.”
Tesla y la visualización
Nikola Tesla, era un acérrimo practicante del poder de la visualización. Pero ¿qué significaba la visualización para él? La visualización era, para este sabio inventor, creación. Dicho de otro modo, creía en el poder de la imaginación creadora. Al poseer una imaginación vívida, gran parte de sus inventos, ecuaciones matemáticas y problemas se desarrollaban en su mente, a través de la visualización.
La patente más valiosa
La corriente alterna, fue quizás el invento de mayor trascendencia de Tesla. Pero no fue el único invento nació de la extraordinaria mente de Tesla, también desarrollo proyectos como: vehículos a control remoto, tecnología inalámbrica y la primera planta hidroeléctrica conocida, construida en las cataratas del Niagara.
Tesla buscó democratizar la electricidad y otros inventos. El inventor, desde una visión positivista, creía en el poder de la ciencia para mejorar la vida del ser humano y para construir un mundo mejor.
La intangibilidad asociada a Tesla
Como lo describía Joey Grether “Hay algo vinculado a la intangibilidad, asociado con Tesla”. Cerebral, habitante fiel del mundo de la filosofía, en su vida privada, Nikola Tesla era considerado por muchos un excéntrico, y su filosofía e inventos, eran vistos como rarezas. Entre otras cosas que matizaban su curioso estilo de vida, consideraba que el celibato estimulaba al cerebro, y afirmaba haber establecido contacto con vidas extraterrestres.
Tesla en corriente y alma
Pero lo cierto es que, además de sus revolucionarios logros con los sistemas sobre la corriente alterna, Tesla también predijo tecnologías y eventos que, aunque ignorados, descalificados y vilipendiados en su tiempo se harían realidad en las décadas que le sucedieron, predicciones como que: “un día sería posible trasmitir señales telefónicas y documentos e incluso música en todo el mundo sin el uso de cables” hoy posible a través de WIFI y la invención en 1990 de la World Wide Web.
También en 1926 durante una entrevista realizada por la revista Colliers acuño el término “tecnología de bolsillo” para pronosticar “una tecnología capaz de trasmitir imágenes”. Esto ocurrió, un siglo antes del nacimiento del teléfono celular. En sus palabras “Un día podremos presenciar y escuchar eventos como si estuviéramos presentes”.
Para 1898, exhibe una de sus más originales invenciones: “El autómata sin cables” controlado de manera remota. Este fue presentado en la feria de Madison Square Garden y fue el primer prototipo de barco (de juguete) manejado de manera remota, y sin cables. Dada la originalidad de sus inventos y el contexto histórico en el que el inventor vivió, no es raro que para muchos de sus conocidos y contemporáneos, Tesla fuese una curiosa mezcla entre inventor y mago excéntrico.
Un legado científico y espiritual
Es así como, desconocido y rechazado por muchos e incomprendido por exponer públicamente su afirmación sobre la vida extraterrestre, los hombres de su tiempo lo apartaron, lejos de preguntarse sobre el origen de la información e ingenio contenidos en la espiritualidad de Nikola Tesla. Para los hombres de negocio como Thomas Edison, por otra parte, tampoco fue conveniente su anhelo de extender los beneficios de la ciencia de manera gratuita, de modo que Tesla fue constantemente apartado de las esferas sociales que pudieron impulsarle. No obstante, esto no detuvo su pasión por el conocimiento, ni mucho menos sus invaluables aportes a la humanidad.
Para Tesla, la necesidad de la evolución de la conciencia estaba indefectiblemente atada a la paz mundial, y al sentido de pertenencia de la humanidad como un todo tal como llegó a aseverar:
“Lo que hoy queremos es tener un contacto más cercano y mejorar nuestro entendimiento como individuos y comunidades en el mundo entero, así como la eliminación del egoísmo y el orgullo, siempre propenso a empujar el mundo hacia la barbarie primitiva y el conflicto… La paz solo nos puede llegar como la consecuencia natural de una iluminación universal”.
Finalmente, como lo dijera en una entrevista para la revista Inmortality en el año 1899:
“También podemos regar las otras energías, como la energía mental positiva, que se encuentra en la música de Bach o Mozart, o en los versos de los grandes poetas. En el interior de la tierra hay energías de alegría, paz y amor que se expresan por ejemplo a través de una flor que crece de la tierra, los alimentos que salen de ella y todo lo que la hace el hogar del hombre. He pasado años buscando la manera de que esta energía pudiera influir en la gente. La belleza y el aroma de las rosas pueden ser utilizados como una medicina y los rayos del sol como alimento. La vida tiene un número infinito de formas y el deber de los científicos es encontrarlas en todas las formas de la materia. Todo lo que hago es buscarlas. Sé que no las voy a encontrar, pero aun así no voy a renunciar a ellas”.
El visionario
Desde finales del siglo XX y principios de XXI -momento en el que la realidad hizo justicia al inquieto espíritu del creador reivindicando su grandeza-, mucho se ha dicho sobre la historia de Tesla y sus aportes a la humanidad, pero aún ese espíritu silencioso y complejo sigue siendo un enigma en torno al que se tejen conjeturas. Tesla, qué duda cabe, era un ser diferente, sabio y solitario. Sus reflexiones y sus obras parecen invitarnos a asomarnos a un mundo interior complejo e inasible, acompañado de un nivel de conciencia elevado.
Tesla no sólo innovó en tecnologías fundamentales para la vida moderna, también lo hizo desde sus reflexiones espirituales. Vaticinó para la humanidad una era de conciencia superior, en la que se salvarían los escollos de la guerra, y, lejos de las fronteras nacionales, se establecerá un sentido de unidad como seres humanos. En sus palabras:
“La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción. La humanidad estará unida, las guerras serán imposibles y la paz reinará en todo el planeta”.
Si nos preocupamos cada día por conocernos, entendernos, e ir sanando todo lo que nos afecta, poco a poco iremos logrando la mejor versión de nosotros mismos. De esta manera, seremos más empáticos, nos entenderemos más fácilmente unos a otros y seguramente lograremos esta visión de la humanidad de Nikola Tesla.
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