“Somos modelados por nuestros pensamientos, nos convertimos en lo que
pensamos. Cuando la mente es pura, la alegría sigue como una sombra que
nunca se va.” Buda.
Ayudar a los demás, de una manera auténtica y desinteresada, no solo
contribuye con la sociedad, también mejora nuestro estado interior y nuestra
salud. En el siguiente artículo, veremos el impacto de la compasión y la
solidaridad en nuestro bienestar integral.
El intercambio energético y espiritual de la convivencia en sociedad
Los seres humanos somos sujetos sociales, esto es, nos organizamos para
vivir en grupos de individuos y formamos distintas estructuras como la
sociedad y la cultura, que se integran -con mayor o menor impacto y armonía-
, al sistema natural. Esto quiere decir, que para sobrevivir, a nivel material,
dependemos unos de otros, pero también a nivel espiritual y energético,
estamos integrados con los otros y con el todo universal de manera sistémica.
Dicho de otro modo, afectamos al entorno tanto como el entorno nos afecta
en un intercambio energético constante -habida cuenta de que en el universo
todo es energía en constante movimiento. Proyectamos un campo
electromagnético energético alrededor nuestro, donde nos conectamos
constantemente unos con otros.
La solidaridad humana
La solidaridad, está muy vinculada a la empatía. Hay una gratificación
psicológica en cooperar y ayudar, la cual, normalmente trae consigo la
valoración positiva del grupo hacia las acciones solidarias. Esto no resulta
extraño, puesto que de la cooperación siempre ha dependido la supervivencia
de las sociedades y sus individuos; la sociedad depende de la coordinación y
de un orden establecido que siempre es dinámico y cuyos significados van
cambiando en el devenir de la historia. Así, pues, es la cooperación (y no la
competencia) la verdadera impronta del ser humano; la empatía y el amor
a los demás seres, que no es más que sentirse bien en cuidar y cooperar con
el entorno, e interesarse por los problemas del prójimo. Son estas emociones
las que contribuyen al desarrollo de la conciencia y a elevar nuestro nivel
energético.
La ciencia de la empatía
Existen prácticas espirituales que contribuyen a mejorar la empatía, e incluso
culturas y enseñanzas que promueven una actitud más empática hacia los
seres sintientes. A nivel biológico, dicha empatía tiene su asidero en las
neuronas espejo, las cuales, se activan al ver el padecimiento de otro. Estas
neuronas juegan un papel importante en la comunicación y la comprensión de
las emociones y de lo que hacen los demás.
Para saber más de las neuronas espejo visita: espejear las emociones del otro.
Beneficios para la salud de la compasión
Con la gratificación psicológica, la compasión, trae consigo otras
recompensas. Y es que ayudar a los demás no solo contribuye al grupo,
también ayuda a la salud, al menos así lo demuestran los últimos estudios
sobre el tema.
Asimismo, mientras más altruismo y solidaridad se practique, tanto mejor para
nuestra salud física y mental, los estudios sugieren que incluso afianza lazos
sociales y nos hace más longevos. Según Stephen Pos, profesor del
Departamento de Bioética de Familia, Población y Medicina Preventiva en la
Universidad de Stony Brooks (Nueva York):“Los médicos deberíamos
prescribir voluntariado como receta para mejorar la salud, la felicidad, la
resiliencia y la longevidad”.
En una encuesta de 4852 voluntarias, estos aseveran sentirse más felices
luego de haber participado en acciones solidarias, señala el investigador
entre otros datos. En sus palabras: “Tenemos que tomar en serio una
actividad que hace más feliz a la gente, frente a miles de personas infelices y
depresivas”. ¿Podría ser la compasión y la solidaridad la cura para la
ansiedad y la depresión casi pandémicas en los entornos urbanos propios de
la vida moderna? las últimas investigaciones parecen sugerir que resulta de
gran ayuda.
Integrar la compasión en nuestras vidas como algo natural
Si bien la solidaridad, la cooperación y la compasión no siempre encuentran
asidero en la ajetreada vida moderna más tendiente al aislamiento y al
individualismo, existen mecanismos como el voluntariado o las prácticas
espirituales que te pueden permitir integrar la compasión en tu vida. La
meditación, por ejemplo, es una manera excelente de mejorar la empatía
hacia ti mismo en primera instancia y hacia los otros, practicarla grupo, junto
con otras prácticas espirituales que decidas probar, es una forma de ayudar a
otros, una forma de acercarlos hacia una forma de vida y filosofía que les
aporte un mayor bienestar.
A nivel energético y espiritual, la compasión y la solidaridad nos hacen vibrar
a una mayor frecuencia. Somos más energía y menos materia, comenzamos
a sentirnos más livianos menos densos y proyectamos ese campo
electromagnético donde las personas que interactúan con nosotros se
pueden conectar y servimos así de inspiración para otros, ayudándolos a
vibrar también a una mayor frecuencia.
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a la situación planetaria actual.
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