Gran parte de las enfermedades que generan mayor morbilidad a nivel mundial, se asocian a hábitos de la vida moderna. El estrés, el sedentarismo y una alimentación inadecuada, suelen figurar entre las principales causas de los desequilibrios sistémicos en el organismo, los cuales, se expresan en enfermedades y padecimientos.
¿Qué es la alimentación consciente?
La alimentación consciente, es aquella que atañe a nuevas y diferentes formas de concebir el proceso de nutrición que llevamos a cabo al momento de comer y, por consiguiente, parte de mejorar la forma en la que comemos. La alimentación consciente, implica tanto un cambio en nuestros hábitos, como una mejoría en la relación con nosotros mismos.
Es necesario resaltar que la alimentación consciente -también conocida como mindful eating-, no involucra ningún tipo de dieta en particular, ni mucho menos es una técnica para perder peso. Antes bien, se trata de una nueva aproximación al acto de comer. Esto es, la concentración plena en el acto de alimentarnos, estando en el aquí y en el ahora.
Por tanto, la alimentación consciente es una forma de comer meditativa y tranquila que promueve el autocontrol y el autoconocimiento, a la vez que nos brinda unos minutos de descanso para encontrarnos con nosotros mismos y nutrir nuestro organismo con algo más que alimentos.
Pero entonces ¿qué es la alimentación inconsciente?
El agitado ritmo de vida moderno muchas veces nos lleva a engullir lo que tenemos a la mano para salir del paso. Comer, se convierte a veces en una obligación más que un momento de descanso placentero, o de reunión familiar. Lejos de los pausados rituales de mesa de antaño, la alimentación inconsciente nos lleva a elegir la comida rápida con bajo contenido de nutrientes, y nos mantiene con la cabeza en otro lado: problemas laborales, cuentas por pagar, proyectos del futuro, eventos pasados, etc. La podríamos definir también como el estado de estar alimentándonos pensando en cualquier otra cosa menos en lo que estamos comiendo y, además, sin disfrutary saborear plenamente nuestras comidas.
La gula y comer por estrés, aburrimiento o para contrarrestar algún estado de ánimo negativo, son también hábitos propios de la alimentación inconsciente, los cuales, se han vinculado en algunos casos, a problemas como la obesidad y, en general, a una peor asimilación de los alimentos.
La necesidad de una buena alimentación
Somos lo que comemos, reza el refrán popular. Y es que a lo largo de la historia, pensadores y filósofos le han dedicado especial consideración a la alimentación. No obstante que lo que se considera una buena alimentación ha variado según el contexto histórico y geográfico de cada sociedad, lo que sí ha parecido ser una constante, es la noción de que una buena alimentación -con todos los nutrientes adecuados para el correcto funcionamiento de nuestro organismo-, es fundamental para mantener la salud y la calidad de vida.
Así, pues, desde tiempos remotos, la alimentación se ha asociado con nuestro estado de salud, y ciertos alimentos han sido utilizados deliberadamente para combatir determinados padecimientos. Tal es el caso de la medicina ayurvédica, cuyo objetivo principal es equilibrar cuerpo-mente y espíritu, siendo la salud, para esta práctica, el resultado de la integración armónica de estas dimensiones. Como los temperamentos hipocráticos, la medicina ayurveda clasifica a las personas según algunos rasgos de su carácter. De este modo, establecen una dieta específica de acuerdo a la naturaleza de cada persona; vata, pitta y kapha.
Bajo este orden de ideas, para Hipócrates, en la antigua Grecia, la alimentación era el principal pilar de la medicina. “Sea el alimento tu medicina y la medicina tu alimento” era una de las máximas del filósofo, quien muy sabiamente, había advertido la relación directa entre alimentación, salud y bienestar.
La alimentación es un hecho social indispensable y no sólo un acto individual
Según el antropólogo Marcel Mauss, la alimentación es un hecho social total. Es decir, no se le puede desvincular del resto de sistemas de instituciones sociales. Dicho de otro modo en el acto de alimentarse se sintetiza lo económico, político, familiar, cultural, religioso y hasta lo psicológico de cada individuo.
Alrededor de distintas culturas del mundo, se encuentran formas de sacralización del acto de comer, y de los alimentos. Así, por ejemplo, bendecir los alimentos y dar gracias por ellos, suele formar parte de los rituales de alimentación en muchas sociedades. Por otro lado, el acto de comer -visto como una ofrenda sagrada en algunas costumbres y manifestaciones culturales-, incorpora de algún modo una aproximación a las formas de alimentación consciente.
La alimentación es una necesidad básica que, además, suele adquirir dimensiones ideológicas. El veganismo, por ejemplo, es una ideología cuyo eje central se haya en la forma en como nos alimentamos, denunciando la explotación animal.
La alimentación inconsciente es, pues, una expresión de las formas de vida de las sociedades pos-industriales actuales. Bien sea en la modalidad de consumir por consumir alimentos, o en la de alimentarnos mal y con prisa, la alimentación inconsciente es un problema social que podemos cambiar de manera individual. Es decir, cada quien debe hacerse responsable de que alimentos consume y de que forma lo hace.
¿Cómo alimentarnos conscientemente?
Antes que nada, deberíamos preguntarnos ¿me estoy alimentando por hambre, ansiedad, capricho o aburrimiento? Si no es por hambre, entonces debemos partir por alimentarnos cuando realmente tengamos hambre. Una vez cumplida la primera condición, para alimentarnos de manera consciente deberíamos:
1. Utilizar la hora de comer realmente para comer
Muchas veces utilizamos la hora de comer para realizar múltiples actividades mientras comemos. El multitasking, es, de hecho, una práctica que suele ser muy promocionada en la actualidad. No obstante, a la hora de comer nos impide centrarnos en el acto de comer.
2. Tómate tu tiempo para comer
Comer despacio es importante. Mejora la digestión y nos permite disfrutar del momento de la comida. Comer a las carreras es más propio de comer con estrés, y no contribuye en nada a que nos siente bien la comida. Con apuros, es imposible centrar la atención en el momento presente. Haz de la hora de comer, realmente un espacio de descanso y disfrute.
3. Practicar estar en el aquí y el ahora mientras comes
No dejes que tu mente se ausente de la mesa, si ves el acto de comer como una práctica de estar en el presente y disfrutar de las sensaciones del momento, no sólo te sentará mejor la comida, estarás realizando una práctica saludable vinculada a la meditación mindfulness.
La alimentación consciente es fundamental para la salud y para mejorar nuestra calidad de vida. En lugar de convertir el comer en un elemento más del ajetreo diario, comer de manera consciente añadirá un momento más de relajación, tranquilidad y disfrute a nuestras vidas. Nuestra salud, bienestar general y calidad de vida, dependen mucho de sumar la mayor cantidad de estos momentos.
Quizás también pueda interesarte leer: meditación en familia
Comentarios recientes