Los seres humanos tenemos la capacidad natural de sanarnos a nosotros mismos. La capacidad de regeneración para mantener la integridad del ser, es algo innato. No obstante, dicha capacidad puede aumentar, disminuir o mantenerse a lo largo de nuestras vidas. La capacidad de autosanación dependerá, pues, de nuestro equilibrio holístico; mental, físico, espiritual y energético.
Sanación, energía y espiritualidad
Todo es energía, y es en la energía en donde la ciencia y la espiritualidad se dan la mano. Es el lugar común en las fronteras del saber humano. El universo se rige por leyes de energía, y nuestro cuerpo físico, así como nuestra dimensión espiritual, emocional y mental, no son la excepción.
Bajo este orden de ideas, el don de sanar el alma, (cambiando y sanando los pensamientos y emociones) y con ello el cuerpo, puede potenciarse al máximo para alcanzar mayores niveles de bienestar en nuestras vidas. Además, todos podemos desarrollarlo. Esto, sin embargo, requiere de prácticas espirituales que llevan siglos ayudando a las personas a alcanzar un mayor nivel de armonía interior, paz y evolución espiritual.
Promover la autosanación
Todas las prácticas que promueven nuestro equilibrio emocional, mental, energético o espiritual, hacen lo propio por nuestra capacidad para la autosanación. Equilibrar nuestras energías pasa por armonizar nuestras emociones y pensamientos. Los pensamientos y emociones siempre están interactuando con nuestro estado físico, se expresan en condiciones determinadas; ya como enfermedad o dolencia, ya como buena salud.
La relación entre nuestro cuerpo físico y nuestro campo energético es de interdependencia. Por esto, no es raro que al hacer alguna actividad física como caminar, hacer taichí o yoga, nuestra mente también se despeje y muchas veces podemos sentir que se renuevan las energías, o bien, se recargan las baterías.
Los pensamientos son energía. En su forma más tangible generan sustancias químicas en el cerebro, las cuales, pueden generar felicidad o emociones negativas según la calidad de dichos pensamientos. De allí, la importancia de la meditación para tener más control sobre el fluir incesante de los pensamientos y sobre la calidad de los mismos, que emergen de manera constante e involuntaria, pues siempre estamos pensando, e incluso, racionalizando nuestros sentimientos. Aun cuando dormimos, la mente no para de generar pensamientos.
Felicidad y autosanación
Hay una relación estrecha entre las emociones positivas como el amor y la felicidad y la capacidad de autosanación. La felicidad alarga la vida y promueve vibraciones elevadas en nuestro entorno. La felicidad desborda, y, solo desde este estado de armonía interior podemos ayudarnos y autoequilibrarnos energéticamente y además ayudar a equilibrar energéticamente a otros, ya que nadie puede dar lo que no tiene. A tales efectos, la felicidad –vista como un estado de paz y armonía-, es también una forma de pensar que genera ciertas sustancias a las que nos acostumbramos; una neuroquímica de la felicidad. Por consiguiente, la felicidad, puede verse como una sopa de sustancias químicas que emanan de nuestras prácticas diarias y de nuestra manera de pensar. El control sobre el flujo de pensamientos negativos, y la práctica de emociones positivas como el amor y la empatía, no solo promueven nuestra paz interior y armonía, sino que también promueven la capacidad para la autosanación.
Leer también: Péptidos, emociones y energías para la sanación
En conclusión
Si la curación propia de la ciencia médica moderna va sobre sanar dolencias y enfermedades, promover la capacidad para la autosanación podría verse como una suerte de medicina preventiva. Existen prácticas espirituales que van a potenciar tu capacidad para la autosanación y que llevan siglos ayudando a las personas a sanar espiritual y físicamente. La capacidad de autosanación es importante, porque va de la mano del bienestar general.
Para conocer algunas de estas prácticas que promueven la capacidad de autosanación puedes darle click al botón, y tal vez probar los resultados de alguna de ellas, es un buen comienzo:
Si sientes que necesitas ayuda o acompañamiento para profundizar en tu capacidad de autosanación y control de tus pensamientos, te invito a probar mis terapias energéticas y de sanación en el barrio de Salamanca en Madrid.
Comentarios recientes