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La capacidad regenerativa de la naturaleza es asombrosa. Esta capacidad está vinculada al equilibrio entre el todo y sus partes. Así, ante cualquier alteración de todo sistema, este busca reestablecer su equilibrio, siendo esta capacidad un elemento constitutivo de los sistemas para mantener su integridad y armonía. A este respecto, cada subsistema dentro del ecosistema (que es un sistema que alberga vida), parece heredar propiedades regenerativas. Por consiguiente, los animales y las plantas presentan formas de regeneración manifiestas en mayor o menor grado. Pero esta regeneración, no es sólo biológica, también es energética, puesto que todo en la naturaleza es energía en constante dinamismo y transformación.

Equilibrio del todo, regeneración y transformación

Si la naturaleza se regenera para mantener la integridad del ecosistema y de su estructura y organización energética ¿qué sucede cuando deja de hacerlo? Una vez más, la ciencia moderna apunta a que los sistemas, incluyendo los ecosistemas naturales, se transforman cuando ya no pueden regenerarse, o, dicho de otro modo, devienen en un sistema distinto, con una organización energética diferente. A este respecto, Ilia Prigogine, -premio nobel de química en 1977-, denominaría a la capacidad de los sistemas naturales para regenerarse y mantenerse en armonía con el todo, como capacidad para disipar entropía. Para el eminente científico, todo sistema, incluyendo los sistemas biológicos, intercambian energía e información constantemente para mantener su integridad estructural y, cuando dejan de hacerlo (entrar en desorden), se transforman en un sistema distinto.

capacidad regenerativa de la naturaleza

 

Los ecosistemas sanan como cualquier organismo vivo

Los animales y las plantas presentan mecanismos naturales de regeneración y equilibrio energético sobradamente observados por la biología. Algunos animales como, por ejemplo, las lagartijas, los ajolotes, las salamandras y las anémonas (por tan solo nombrar algunos), tiene una capacidad de regeneración tan extraordinaria que pueden reconstruir partes amputadas de sus cuerpos en poco tiempo. Otros animales pueden regenerar incluso órganos vitales.

anémona capacidad regenerativaLos ecosistemas sanan también, es decir, se regeneran para mantener su equilibrio energético. Uno de los casos más asombrosos es el de los hongos de Shernobyl. Tras años del desastre nuclear, hay hongos que no solo sobreviven a la radiación, sino que también se alimentan de esta. Al parecer, es la melanina -pigmento presente en los humanos para protegernos de la radiación ultravioleta-, lo que permite a estos hongos convertir la radiación en energía química para su crecimiento. Asimismo, se sabe que algunos animales habitan en la zona y soportan la radioactividad. La naturaleza está retornando, pues, a un nuevo estado de equilibrio ecosistémico a esta área afectada por la actividad humana. La energía sigue transformándose para dar lugar a la vida aún en un lugar tan inhóspito para la vida como Shernobyl, siendo quizás uno de los ejemplos más impresionantes de regeneración natural de un ecosistema.

Autosanación y equilibrio como parte de nuestra impronta natural

capacidad regenerativa de lanaturalezaNuestro organismo -habida cuenta de que somos parte de la naturaleza-, también se regenera. Uno de los ejemplos más notorios de esta capacidad es el hígado, el cual, puede regenerarse desde tan solo el 25% de su masa original. Por otro lado, las células del cuerpo se renuevan cada tanto según al órgano que correspondan, en tanto que las células madre, o células embrionarias, tienen capacidades regenerativas cuyos usos médicos ya se han comenzado a explorar. Bajo este orden de ideas, la regeneración también encuentra su expresión a nivel emocional, mental, y espiritual.

La regeneración está inscrita en nuestros genes, en nuestra conciencia y en nuestra estructura energética, y cuándo así lo sentimos, damos cabida además a nuestro proceso de crecimiento personal y de evolución de la conciencia. Las terapias holísticas dan este hecho por sentado como una de sus premisas. Trabajar con las dimensiones del sistema energético es, pues, promover la capacidad de autosanación, la cual, no es otra cosa que la capacidad innata de regeneración. La capacidad de regeneración de la naturaleza constituye una expresión de la unidad del todo y sus partes, una característica de los ecosistemas que se expresa en plantas, animales y en cada uno de las dimensiones del ser humano. Tal como sanan nuestras heridas físicas, disponemos de los mecanismos necesarios para sanar a nivel emocional, mental y espiritual, equilibrándonos energéticamente. Solo hemos de acceder a las herramientas que todos tenemos para lograr esta sanación.

La visión del ecosistema desde el holismo y la capacidad regenerativa de la naturaleza

Mucho se ha debatido sobre que tanto podemos percibir la realidad, y, los instrumentos de observación que han acompañado el desarrollo de la ciencia han cambiado notablemente dicha percepción a lo largo de la historia. Aún la tierra, desde nuestra visión, ha pasado a describir una órbita elíptica alrededor del Sol, antes que ser el centro del universo como se le concebía antes de Copérnico, Galileo y Newton.

La naturaleza y el universo, tal como apunta la ciencia moderna, parecen estar constituidos por sistemas y estructuras que conectan al todo con sus partes en un complejo entramado de relaciones y de interdependencias. El holismo es, por tanto, una manera de concebir la realidad y al ser que supone que todo se conecta bajo un entramado sistémico.

telescopio cienciaNo obstante, nuestra capacidad para percibir este entramado de relaciones -es decir, la realidad-, es limitada. Para ilustrar esto, podemos imaginar que un grupo de personas ven a un elefante desde distintos ángulos por primera vez en sus vidas y tuviesen que describirlo. Lo más probable es que tengan una visión parcelada del animal, y cada uno tenga una perspectiva distinta e igual de válida sobre su aspecto. Dicho de otro modo, no podrían percibir al animal en su totalidad, pues solo habrían observado algunas de sus partes desde su ángulo de observación. De igual modo sucede con algunos aspectos de la realidad sobre los que la ciencia apenas comienza a explorar. Así, por ejemplo, en la relación entre la macrofísica y la microfísica aún no se encuentra una teoría del todo que permita establecer el vínculo matemático entre el mundo cuántico y el universo determinista de los grandes sistemas. Bajo este orden de ideas, nuestra capacidad para alterar la realidad observada a un nivel cuántico, sigue teniendo diferentes posiciones cuya resolución se encuentra en las fronteras de la ciencia actual, siendo un hecho que ha llevado a investigadores como Joe Dispenza a indagar sobre la capacidad de la mente para alterar y construir la realidad.

Cabe entonces preguntarse ¿Podría ser esta capacidad humana de autosanación parte de los mecanismos de recuperación de la naturaleza? Tal como se ha subrayado antes, dicha capacidad forma parte del mismo proceso y todos somos capaces de acceder a ellas. Las terapias alternativas buscan, de este modo, potenciar y activar esta capacidad natural presente que todos tenemos, para de este modo, lograr un mayor equilibrio y bienestar en nuestras vidas.

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