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Existen diferentes maneras de existencia y distintas formas de conciencia. Los animales, qué duda cabe, son una forma de conciencia distinta a la humana. Cada forma de vida que cohabita con nosotros, atañe a una forma de existencia. Ahora bien, ¿pueden haber formas de existencia que no podamos percibir con nuestros sentidos? la respuesta se hace evidente a la luz de la biología y microbiología modernas, pues, cuando menos, existen formas de vida microscópicas cuya observación ha requerido de instrumentos especializados como el microscopio. Formas de vida que, hasta la irrupción del microscopio, formaban parte de la especulación metafísica.

Los elementales ¿otra forma de existencia y una conciencia elevada?

Existe una unidad entre espíritu, materia y energía en todo ser viviente; dicha unidad es constitutiva de cada ser, e interactúa constantemente con el ecosistema en el que habita, intercambiando energía e información. La equivalencia entre energía y materia que ha descubierto la física moderna, nos permite aseverar que todo es energía bajo distintas formas y estructuras. Cabe, pues, preguntarse si existen manifestaciones distintas a la materia pero provistas de existencia y de conciencia. A este respecto, los elementales serían seres energéticos asociados a la naturaleza y sus fuerzas y guardianes de la misma. Seres etéreos que vibran a una frecuencia vibracional elevada. La misión principal de estos seres de luz de la naturaleza es la de proteger a la madre tierra Gaia. Así también, desde ese espacio sutil donde se encuentran, nos ayudan a equilibrarnos y armonizarnos para contribuir a hacernos más coherentes y desde ahí comenzar a sentir estados de mayor paz y alegría.

elementales de la naturaleza-agua

Los elementales en las distintas culturas

La existencia de los elementales se hayan documentada en un sinnúmero de creencias panteístas alrededor del mundo, y, desde que se conoce la escritura. Hadas, elfos, gnomos y sirenas forman parte del folclore asociado a estos entes, cuya existencia se asocia siempre a las fuerzas de la naturaleza y de sus manifestaciones energéticas. El mito y la magia rodean las creencias sobre los elementales. Siempre desde una visión panteísta de la naturaleza como algo sagrado; una totalidad a lo que pertenece el ser humano.

Al ser guardianes de los elementos de la tierra, fuego, aire, tierra y agua, cada uno de estos está asociado a diferentes elementales tales como:

Fuego: Salamandra
Agua: Ondinas Sirenas y tritones.
Aire: Silfos y Silfides.
Tierra: Elfos, Gnomos y Duendes.

Conectar con los elementales

elementales culturasDependiendo del grado de percepción y frecuencia vibratoria individual, se puede conectar con los elementales. Es más un sentir que un entender. Para ello, es necesario elevar la energía con prácticas espirituales tales como la meditación. Bajo este orden de ideas, solo accediendo a niveles elevados de conciencia se pueden percibir otras formas de existencia en el universo. También es importante romper paradigmas, aunque con la mente no entendamos, podemos activar la imaginación y la intuición basada, además, en la que creencia de que somos energía.

Estar abierto a distintas manifestaciones energéticas de la conciencia y del ser puede resultarnos extraño, pero en realidad, dicha creencia se haya en la mayor parte de corrientes espirituales o mágico-religiosas del mundo, y a lo largo de la historia. No obstante, solo nos percatamos de su extrañeza cuando nos topamos con creencias foráneas, distintas a las de nuestra cultura.

¿Se puede conectar con estas formas de existencia asociadas a espíritus de la naturaleza que llamamos elementales?

Nuestros sentidos y nuestra percepción son ciertamente limitados. No podríamos advertir que no es el Sol el que surca el firmamento de este a oeste cada día, sino fuera por los telescopios que nos han permitido corroborar luego de mucha observación por parte de algunas mentes curiosas y brillantes, que es en realidad la tierra la que gira a su alrededor. Para establecer una analogía adicional, algo parecido sucede con el espectro de luz infrarrojo y ultravioleta, imposible de observar por los humanos sin instrumentos especializados pero visibles para las abejas. Las abejas, cabe decir, tienen esta capacidad de detección de colores tan amplia, puesto que lo necesitan para polinizar las flores y alimentarse. En todo caso, la existencia de formas de seres etéreos, tales como los elementales, se encontraría fuera de nuestro rango de percepción y más allá de la necesidad de advertir su presencia.

Los elementales, según se cree, vibran a una frecuencia distinta y pertenecen a otro plano existencial. Contactarlos requiere, pues, sintonizar con una frecuencia vibracional elevada. Aunque, tal vez, lo más importante no sea buscar contactarlos. Antes bien, podría ser más importante estar abiertos a la posibilidad de formas de existencia distintas a las que conocemos y podemos percibir, formas de conciencia que vibran a una frecuencia elevada con las que podríamos sintonizar.

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