Un halo de misterio rodea a la fraternidad de los esenios. Se cree que Juan el bautista y Jesús de Nazaret fueron maestros pertenecientes a la comunidad esenia. Sus enseñanzas, eran afines a las creencias esenias.

¿Quiénes fueron realmente los esenios? ¿cuales fueron sus orígenes? ¿cuál fue su papel en el desarrollo del cristianismo temprano? Los manuscritos del Mar Muerto, un conjunto de rollos encontrados en la localidad de Qumrán, Palestina, son de origen esenio, y constituyen una huella que la comunidad esenia ha legado a la posteridad. A través de ellos, arqueólogos e historiadores han podido responder algunas interrogantes sobre el origen y las creencias de este misterioso y místico pueblo. En 2017 se excavaron tumbas en zonas aledañas a las cuevas donde se hallaron los manuscritos del Mar Muerto, las cuales, arrojaron luz sobre la identidad de la comunidad a la que pertenecían; los esenios.

Orígenes, creencias y organización social de los esenios

Los esenios se desarrollaron en el entorno desértico de Judea en el siglo II a.c. Existe la hipótesis de que la comunidad esenia pudo haber tenido su origen en Egipto. No obstante, las pruebas no son concluyentes. Otros especialistas, en cambio, señalan que se trató de una rama disidente del judaísmo que se desprende y decide formar una comunidad en el desierto, con un credo distinto.

La influencia de los esenios en el cristianismo no solo corresponde al cristianismo temprano, algunos especialistas los consideran predecesores del catarismo.

La evidencia apunta a que la fraternidad esenia vivía como una comunidad aislada y, por consiguiente, autosuficiente, cuyas creencias giraron en torno al crecimiento espiritual, la trascendencia del plano material y la elevación de la consciencia. La distribución de la producción comunitaria obedecía a las necesidades de los miembros de la comunidad, y era paritaria. Sin embargo, se priorizaba a los enfermos, niños y miembros más vulnerables de la comunidad.

Al parecer, una corriente de los esenios practicaba el ascetismo, por lo tanto, se sabe que las frugales necesidades individuales eran fácilmente cubiertas por la producción local.

Cabe señalar que cualquiera podía solicitar unirse a la comunidad esenia, una vez hubiese superado las pruebas de iniciación.

Los esenios y la sanación

Los esenios eran sanadores; practicaban la sanación como credo, y como parte de la empatía hacia los demás seres encaminada a desarrollar estados elevados de conciencia y conexión con el ser. Es, por tal motivo, que eran conocidos como los piadosos y los nazarenos.

Es bien sabido por los textos bíblicos que Juan el Bautista y Jesús de Nazaret, practicaban la sanación. Así, pues, los evangelios sinópticos y los manuscritos del Mar Muerto parecen corroborar la pertenencia de estos maestros espirituales a la fraternidad esenia. Bajo este orden de ideas, algunos han visto el acto bautismal de Juan, como parte de una terapia esenia de sanación, en tanto que los años perdidos de Jesús -la parte de su vida no documentada por los apóstoles-, pudo haber correspondido a su convivencia con los esenios, según aseveran algunos estudiosos del tema, aunque otros dicen que estos años los pasó en la India. En todo caso, pese a que no hay evidencia concluyente, las ideas de Jesús y Juan eran muy afines a las enseñanzas esenias.

El amor al prójimo y la empatía por los más vulnerables, se añadían a la búsqueda de la sanación y la creencia en el advenimiento de un mesías.

Y me gustaría finalizar comentando que, remitiéndome a escritos de numerosos místicos y a mi sentir personal, no me cabe duda que el maestro Jesús y su familia pertenecían a la fraternidad esenia, y que fue instruido desde pequeño en el conocimiento de esta profunda filosofía de vida.

Los saberes esenios se podrían sincretizar en la búsqueda de la trascendencia del plano material. Las creencias esenias -su filosofía y modos de vida-, contienen saberes afines a la sanación holística y al tratamiento de las dolencias desde una perspectiva integral del ser. El crecimiento personal y el desarrollo de un estado elevado de conciencia a través del recorrido vital (y en vidas pasadas), constituyeron creencias que promovieron el bienestar y la elevación espiritual de una singular fraternidad, cuyos saberes estamos recuperando, o, tal vez, recordando a través de diferentes terapias y estudios.

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