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Crear hábitos, es cosa de paciencia y una buena actitud bajo el enfoque adecuado. Y es que los hábitos están muy arraigados en nuestra mente, se manifiestan en piloto automático, casi siempre de manera inconsciente y aunque no lo percibamos, se vinculan con nuestra forme de ser y de pensar. Por consiguiente, los hábitos tienen una incidencia directa en nuestro bienestar y salud, inciden en nuestra realidad.

Meditar te puede ayudar a crear hábitos, y en realidad, es una de las maneras más eficaces no solo para crear hábitos nuevos y positivos, sino para romper con aquellos que nos perjudican.

¿Qué es un hábito?

Los hábitos son comportamientos aprendidos por imitación y repetición (e incluso reforzados bajo esquemas sociales de castigos y recompensas sutiles desde la infancia). Muchos hábitos se incorporan a temprana edad y, por tanto, forman parte de nuestro proceso de socialización, la impronta social es inseparable de los hábitos. Esto es, al incorporarnos a determinado grupo social asumimos hábitos necesarios para desempeñarnos con desenvoltura. Dichos hábitos se incorporan, inicialmente, a través del entorno familiar que es donde crecemos y recibimos la educación más temprana y los refuerzos afectivos, pero luego se van incorporando hábitos propios de los ambientes en donde nos desenvolvemos.

En resumen, los hábitos son acciones repetidas que hacemos de manera involuntaria. Y aunque casi siempre involucre acciones manifiestas, también se puede tener el hábito de pensar de una determinada manera.

La importancia de los hábitos en el desarrollo de la conciencia

La adquisición de hábitos es muy importantes en casi todas las prácticas religiosas y enfoques espirituales. Más allá del componente de los rituales que también acompaña a las religiones, el tema de los hábitos -la práctica de la espiritualidad diaria-, está siempre presente como lugar común, se suman a la reflexión y a la actitud contemplativa. Esto se debe a que, en realidad, las prácticas espirituales desarrollan hábitos.

Pero ¿por qué es tan importante desarrollar hábitos? Los hábitos determinan nuestro estar en el mundo, terminan modelando nuestros modos de vida y hasta nuestras acciones. Así, bajo este orden de ideas, un hábito no viene solo, se articula a un modo de vida determinado, a una forma de pensar y de vivencias. Por consiguiente, la disposición de crear nuevos hábitos que beneficien nuestra salud integral y crecimiento espiritual involucra ya de por sí sabiduría.

Es necesario revisar los hábitos porque algunos son perjudiciales para nosotros y para nuestro entorno, aunque a veces no sea tan fácil percibirlo.

De crear el hábito de meditar a meditar para crear hábitos nuevos

Hay una relación entre los hábitos, los sentimientos y los pensamientos.  Ahora bien, los sentimientos y las emociones son el producto final de las experiencias pasadas; emociones que impulsan pensamientos que generan esas mismas emociones en una especie de bucle; el cerebro refleja todo esto a nivel neuroquímico y cognitivo. Es por tal motivo, que romper con un estado emocional determinado siempre se encuentra con mucha resistencia; resistencia arraigada a los hábitos. Y es que pensar de determinada manera es también un hábito, como lo es, por ejemplo, el hábito de reflexionar. Los hábitos se plasman en nuestro cerebro a punta de repetición, y establecen un mapa neuroquímico.

La meditación, nos permite acceder al inconsciente y deshacernos de algunos nudos inaccesibles. La meditación en sí misma, nos ayuda a crear hábitos saludables. Pero su complemento con la visualización, añade un beneficio adicional.

A este respecto, J. Dispenza –científico dedicado al estudio de los efectos de los pensamientos a nivel biológico y cuántico-, propone un tipo de meditación proyectiva complementaria al mindfullness; la visualización. Según J. Dispenza, los pensamientos son el lenguaje del cerebro, mientras que los sentimientos son el lenguaje del cuerpo, siendo que la mayoría de las personas piensan neurológicamente y sienten químicamente, ambos, sentimientos y pensamientos funcionan como un yo predecible vinculado al pasado y a los hábitos.

En conclusión

Hacer de la meditación un hábito es, pues, una de las mejores contribuciones que podemos hacer a nuestro bienestar. Los beneficios se verán reflejados en los niveles de concentración, memoria, disminución del estrés, aumento de la paz, coherencia, empatía y sabiduría. Este es, además, uno de los hábitos más simples que podemos incorporar en nuestras vidas, pues solo basta tomarnos algunos minutos en tranquilidad para relajarnos y comenzar a meditar.

La meditación es un viaje interno; el viaje para crear más coherencia entre la mente, el cuerpo y el corazón, es un viaje interior, tal como señala J. Dispenza. Ocupar más tiempo creando nuevos hábitos, en nuevos pensamientos. Pasar el mayor tiempo posible en un estado de paz y bienestar.

Es bueno comenzar a meditar con apoyo y un guía mientras vas creando el hábito. Contáctame si te llama la atención comenzar en la práctica de la meditación. Tengo mi consultorio en la zona de Salamanca en Madrid o si lo prefieres, de forma virtual.

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