La inquietud sobre los niños índigo, comienza cuando en la década de los años 80 la parapsicóloga Nancy Ann Tappe publica un libro en el que se habla del fenómeno de la aparición de niños con características muy particulares. Según la investigadora, desde hace un par de décadas se venía observando el progresivo incremento de niños con un mayor nivel de conciencia. En estos niños, además, predominaba el color azul añil en el aura, razón por la cual se les denominó niños índigo.
No sería sino hasta la publicación del libro de Lee Carroll y Jan Tober titulado Los niños índigo, que el término se popularizaría. Así, pues, el concepto de niño índigo ha ido evolucionando conforme se descubre más sobre ellos. Bajo este orden de ideas, la investigadora del fenómeno de los niños índigo María Dolores Paoli, propone que el concepto de niño índigo debe abordarse desde un enfoque integral; es decir, tomando en cuenta las vibraciones energéticas, evolutivas y espirituales actuales. Asimismo, Paoli subraya que para reconocer el fenómeno de los niños índigo, es necesario salirse de los esquemas heterodoxos de pensamiento, afinando nuestra capacidad de observación y dando cabida a otros saberes no tradicionales.
¿Cómo son los niños índigo?
Según los investigadores del tema, existen ciertas características -más allá del color de su aura- que delatan a los niños índigo. En efecto, el aura sólo puede ser observada por ciertas personas con algunas facultades perceptivas especiales. Sin embargo, los signos de que estamos ante un niño índigo son algo más evidentes, y podemos advertirlos con mayor facilidad. Entre las características que presentan los niños índigo destacan las siguientes:
1- Presentan un elevado grado de sensibilidad y empatía. Debido a la sensibilidad tan desarrollada con las emociones propias y ajenas, pueden tener grandes fluctuaciones en su estado emocional. Esto puede ir desde expresar un sentimiento ante el menor motivo a no expresar nada en absoluto.
2- Son altamente reflexivos y profundos, dando la impresión a veces de que son personas mayores. Asimismo, suelen rodearse de personas de mayor edad.
3- Presentan un alto grado de intuición, pudiendo llegar a manifestar algún grado de telepatía, la capacidad de leer la mente y percibir las energías a su alrededor.
4- A menudo presentan dificultades para adaptarse al orden establecido, pudiendo llegar a cuestionar las estructuras de poder en las que se desenvuelven. O enfrentando a la autoridad si perciben alguna injusticia aún a tempranas edades. Al tener un alto desarrollo del sentido de la justicia, no les gusta la mentira y la falsedad.
5- Tienen una curiosidad sin igual, misma que abarca la comprensión de los problemas sociales que aquejan al mundo o a su entorno inmediato.
6- Les gusta tener un alto grado de control sobre el entorno. Predomina en ellos un locus de control interno, es decir, la sensación subjetiva de que sus vidas y el devenir dependen absolutamente de ellos.
7- Suelen tener un amplio rango de comunicación desde bebés. Además de ser niños precoces en varios aspectos: físico, intelectual, psicológico y espiritual. Por consiguiente, son más empáticos y maduros que el resto de los niños de su misma edad.
8.-Tienen un alto nivel de consciencia de sí mismos, lo que los hace conectar muy fácilmente con su mundo interior, espiritualidad individual. De este modo desarrollan una gran percepción e intuición.
¿Y si mi hijo no es índigo sino tan sólo algo rebelde?
Algunas de las características anteriormente citadas podrían encajar con las de un niño algo rebelde, sin que ello implique que sea un niño índigo. No obstante, si bien es cierto que existen algunos rasgos de rebeldía en los niños índigo, esta viene aparejada de un elevado nivel de conciencia y de empatía, de conciencia de los problemas que afectan su entorno.
En resumen, debemos tener en cuenta que un niño que sea revoltoso (por distintas razones que habría que evaluar) no debe ser catalogado inmediatamente como índigo. Es necesario advertir señales que involucren un grado de conciencia superior, mismas que incluyen principalmente la empatía hacia los demás seres y una capacidad de reflexión superior a la de los niños de su edad.
¿Cómo tratar a un niño índigo?
Los padres y educadores deben advertir las características especiales de estos niños, y proveerles los medios necesarios para su crecimiento, desarrollo emocional y psicológico.
Adquirir las herramientas pedagógicas para enseñar a los niños índigo puede suponer un reto para el sistema educativo actual. Las instituciones educativas tradicionales, son lugares en los que se generan relaciones verticales y jerárquicas de poder, las cuales, se combinan con espacios en los que ante la ausencia de adultos suelen producirse problemas como el bullying. Este tipo de problemas puede impactar especialmente a un niño con las características de índigo aquí descritas, aún si no es una víctima directa. Asimismo, el niño podría rechazar la memorización y los programas de enseñanza rígidos que no reconocen los talentos e intereses particulares e individuales.
Por otro lado, enseñar alguna forma de meditación como el mindfulness a los niños índigo -siendo una práctica beneficiosa para cualquier niño en general-, podría ser un recurso de gran utilidad para ayudarle a explotar todo su potencial. Acercar a los niños índigo a este tipo de práctica y conocimientos podría ser el enlace para acceder a su mundo y orientarlos de una manera adecuada.
Finalmente, es de hacer notar que los niños índigo de la generación de los 80 son hoy en día jóvenes adultos. Sin embargo, han continuado naciendo niños con éstas características y con otras similares, que han sido llamados niños cristal o arco iris. Así también, habría que revisar el sistema educativo como está planteado actualmente a nivel mundial, para ir adaptándolo a los talentos y nivel de conciencia de esta nueva humanidad. Ojalá pronto podamos ver en los colegios una educación más enfocada a desarrollar las facultades relacionadas con la sensibilidad, la empatía y la creatividad. Sería muy beneficioso para estos niños poder contar en los colegios con herramientas como la meditación, voluntariado con diferentes colectivos de la sociedad, aprendizaje directo en la naturaleza y comunicación con los animales.
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