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En 2008, fueron halladas por un beduino en una cueva en Jordania 70 tablillas de plomo unidas por una espiral de anillos, no más grande que el tamaño de una tarjeta. No es la primera vez que la ciencia arqueológica nos sorprende desenterrando las huellas de nuestro pasado, y aún, del legado y acervo de saberes espirituales de la humanidad. En el siguiente artículo, se abordará lo que parece ser la referencia más antigua a Jesucristo que se ha encontrado hasta los momentos.

¿Qué decían las tablillas?

Las tablillas, tienen un contenido controversial escrito en paleo-hebreo. En ellas, se plantea que Jesús adoraba a un Dios que es tanto masculino como femenino, la representación masculina de Dios en la iconografía que toma elementos del Zeus grecorromano, no sería, pues, la imagen del Dios que se representa en las tablillas, sino una más próxima al Dios de Spinoza e incluso al animismo.

Según las tablillas, Jesús no implantaría esta creencia de la nada, en realidad la rescataba, puesto que era un saber antiguo que databa de la época del Rey David. La controversia se profundiza si tomamos en cuenta que Jesús, era un maestro esenio, un rabí, como era llamado en esa época, y que los llamados años perdidos del desierto, pudieron en realidad estar divididos entre años de convivencia con la comunidad esenia y viajes a otros lugares como la india y Egipto. No obstante, la tradición esenia no está exenta de misterios y enigmas que se pierden en el tiempo.

Autenticidad de las tablillas

Sobre la datación de las tablillas y su autenticidad como fuente arqueológica, no hay dudas. Las tablillas son del siglo I D.C., elaboradas con plomo, muy parecido al antiguo plomo romano encontrado en otros yacimientos del Medio Oriente, los cuales, datan de la misma época, según el laboratorio Nodus del Centro Ion Beam, en Reino Unido.

En las tablillas, se narra la crucifixión en un lugar a las afueras de Jerusalén, y se añaden gráficos y mapas. Asimismo, se nombra a tres apóstoles Santiago, Pedro y Juan, además de nombrar, claro está, a Jesús de Nazaret.

Un Jesucristo esenio

Jesús y su familia eran esenios y se le enseñó esta profunda filosofía de vida desde una edad temprana. El conocimiento de los esenios puede incorporarse en la búsqueda de una convivencia en el plano material en profunda conexión con el espiritual. Las creencias de los esenios, su filosofía y forma de vida, contienen el conocimiento de la curación holística y el tratamiento de la enfermedad desde una visión holística del ser. El crecimiento personal y el desarrollo de un estado elevado de conciencia a lo largo de la vida (y en vidas anteriores) son creencias que han contribuido a la prosperidad y elevación de una fraternidad única que tiene conocimientos que recuperamos y quizás recordamos a través de diferentes terapias y estudios.

Una oración del padre nuestro traducida del arameo. Un Dios sin género determinado
Hay una traducción del arameo del padre nuestro -la lengua en la que hablaba y enseñaba Jesús-, en la que se hace alusión a Dios como padre y madre a la vez. Es una versión algo distinta al padre nuestro que se enseña actualmente; en ella, se deja claro que Dios no tiene un género determinado, pues sería como ponerle género a la naturaleza o al universo, y, se puede ver además la visión holística del universo en sus frases.

En efecto, el género es la carga cultural que se adjudica al sexo y a la orientación sexual y no está exenta de controversias en la actualidad. Bajo este orden de ideas, la representación de un Dios como figura masculina (e incluso europeo y de edad madura) deriva más bien del Zeus greco-latino (el Júpiter romano), habida cuenta de la incorporación del cristianismo como religión oficial del Imperio romano durante el gobierno del Emperador Constantino I, en el siglo III D.C .y del sincretismo que normalmente se genera cuando una cultura adopta creencias o religiones foráneas (los romanos adoptando el cristianismo como religión oficial).

A continuación, esta oración del padre nuestro, la cual, se encuentra en el libro de Anne Givaudan titulado, “Sonidos Esenios. Curar usando la voz”, dice así:

O Creador, nuestra fuente, padre-madre del universo, en la luz creas toda la vida,
Ayúdanos a liberar el espacio de nuestros corazones, santifícalo con tu aliento
para que en él viva tu Nombre e irradie tu luz.
Instaura desde ahora tu reino de unidad, por medio de nuestros corazones encendidos y de nuestras manos abiertas.
Que nuestro deseo se ajuste a tu voluntad, que se cumpla en todas las manifestaciones terrestres y en todo el universo.
Danos cada día el pan y la claridad interior que necesitamos.
Deshaz las ataduras de los errores que nos retienen, al igual que nosotros liberamos a los demás de los nudos de su culpabilidad.
No nos dejes, perdemos en la ilusión de las apariencias,
más líbranos de lo que nos aleja de ti, nuestro verdadero fin.
De ti emanan el reino, el poder, la fuerza vital
y el canto que renueva y lo embellece todo época tras época
En verdad, que el poder de aquello que es así
sea la fuente que inspira todos mis actos,
sellada en la confianza y en la fe.
Amén.

Más allá de que sea una versión algo diferente al padre nuestro actual, lo importante, no es hacer comparaciones sino conectar con la opción de un Dios creador tanto masculino como femenino.

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