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La reencarnación: “Inevitable es la muerte de todo lo que nace,
Inevitable es el nacimiento de todo lo que muere.
Entonces, en un asunto que nadie puede prevenir, no te aflijas”.
Bhagavad Gita.

Todos los ciclos de la naturaleza se repiten, la puesta y salida del sol, el proceso de marchitarse y renacer de las hierbas y plantas, entre muchos otros ejemplos. Así también la filosofía hinduista, la budista y taoísta, entre otras muchas corrientes religiosas orientales, contiene en sus planteamientos filosóficos que el alma tiene que transmigrar de un cuerpo a otro como parte de su evolución.

Desde siempre, la orientación filosófica de estas religiones orientales se ha focalizado en educar respecto a la observación del modo de vida presente, así como orientar los aprendizajes vitales para la transformación positiva de la realidad espiritual y material en sus seguidores, con la finalidad de alcanzar el máximo nivel de evolución álmica. Con ello, el alma liberada del cuerpo, pura y libre, alcanzará la unión con la energía universal de lo divino. En este sentido, la evolución espiritual y la reencarnación se complementan, siendo procesos afines que van a la par.

¿Cómo se interpreta la reencarnación desde las diversas filosofías?

Según el hinduismo, la filosofía de la reencarnación tiene su origen en el hinduismo, sistema religioso más extendido en la India, que se remonta aproximadamente al año 1750 o 1500 a.C. El hinduismo, fue Introducido en la India por tribus nómadas indoeuropeas devotas y respetuosas de los poderes de la naturaleza.

El hinduismo está soportado por algunos fundamentos esenciales. En primer lugar, la creencia en Brahma (deidad creadora que dio origen al universo) y el Brahman como principio supremo universal, además, la ley del karma y el dharma, la reencarnación y liberación del espíritu, como también, el origen universal superior.

El hinduismo es aceptado por sus seguidores como una cosmogonía sagrada y ha sido incorporado a sus modos cotidianos de vida o “Sanatana Dharma” (la forma natural y eterna de vivir o camino eterno). Con este sistema de creencias, el hinduismo busca alcanzar la evolución espiritual, para finalmente alcanzar la liberación; el convertirse en uno con el universo.

Por consiguiente, según el hinduismo, la reencarnación se trata de esperar que el espíritu evolucione desde el renacer de cada uno de los ciclos por los que pasa, hasta llegado el momento final de cada proceso biológico, momento en que el alma dejará el cuerpo en que reside para renacer en un nuevo cuerpo con otro nivel de evolución. Este nivel o plano evolutivo dependerá de sus actuaciones en la vida presente. A esto último se le conoce como la ley del Karma.

Desde sus inicios, esta religión se nutrió con diferentes creencias filosóficas y corrientes religiosas, además de tradiciones, cultos y rituales. Actualmente, su práctica, filosofía y fundamentos se han extendido más allá de la India, por Nepal, la isla de Mauricio (África) y la isla de Bali (Indonesia), igualmente ha llegado a otras culturas y diferentes países.

Según el Budismo, religión extendida y practicada por más de 370 millones de personas. En referencia a la reencarnación, el venerable monje Bhikkhu Nandisena, de la corriente budista Theravada, – quien forma parte del Instituto de Estudios Budistas Hispano, además, representante de México ante el Consejo Mundial de Budismo-, expresa, que de acuerdo con el Buda,”billones de momentos de conciencia surgen y cesan en un parpadeo”,

Así, mismo, añade, que según palabras de Buda, hay tres puertas de acción: el cuerpo, el lenguaje y la mente cada vez que realizamos alguna acción de vida, usando cualquiera de estas puertas podemos generar el Karma. Siendo así, cada vez que decimos algo, hacemos o pensamos algo, hay una intencionalidad y generamos una potencialidad.

Según el monje Nandaimeña, “la filosofía budista señala que los efectos de nuestras acciones pueden darse en diferido, estos efectos pueden ser espirituales, mentales o materiales, solo la conciencia espiritual sigue un proceso inmediatamente después de la muerte”.

Asimismo, aunque gran parte de las ramas del budismo utilizan el término reencarnación para definir este concepto evolutivo del espíritu, algunas corrientes de esta filosofía emplean el término reconexión o renacimiento. En lo referente al karma, sostienen los budistas que el karma es la acción y la relación entre esa acción y sus resultados, afirman que, Buda dejo dicho que si somos propietarios de las acciones, también somos propietarios de sus efectos, entender esto es el recto entendimiento.

El Taoismo, es una mirada filosófica de la naturaleza y la vida basada en la contemplación y la meditación. Según la corriente taoísta, el Tao es el principio supremo que impregna todo el universo y todo gira alrededor del Tao, de este modo nada muere, pues todo está vivo y fluyendo con el Tao. Desde esta mirada el Tao está en cada partícula de la naturaleza por ser inmortal y eterna.

Al igual, que en las anteriores filosofías religiosas, en el taoismo el karma es un concepto fundamental, donde se sostiene que todas las acciones de vida conllevan su respectiva retribución o respuesta en medida apropiada a esta acción y que no podemos evadirla, pues va con nosotros. En este marco de creencias, el taoísmo refiere que uno muere y nace en otro ser, basado en las vidas anteriores.

También pregona el taoísmo la necesidad de alcanzar el equilibrio interior y proyectar energía positiva desde nosotros hacia los otros, esto incluye a los animales para lograr el primordial equilibrio entre los seres, la naturaleza y el universo o Tao.

Los taoístas, por tanto, creen en la inmortalidad del espíritu, el cual, alcanzada la evolución, equilibro y armonía, se unirá como uno al universo. Un pasaje del taoismo, el Chuang Tzu dice: “El nacimiento no es un comienzo; la muerte no es un fin. Hay existencia sin limitaciones; hay continuidad sin punto de partida. Existencia sin límites de espacio. Continuidad sin punto de partida es tiempo”.

Si bien algunas doctrinas filosóficas y religiosas cuestionan la veracidad de la reencarnación, algunas pruebas basadas en datos registrados nos arrojan luces sobre este tema. Existen libros muy interesantes como: “20 casos que hacen pensar en la reencarnación” del Dr. Lan Stevenson, “Reencarnación, la transmigración de las almas entre Oriente y Occidente”, escrito por varios autores” o “El viaje de las almas. El estudio de casos de la vida entre vidas” de Michael Newton, entre otros.

Reencarnación y la ley del Karma

La conciencia sobre la ley del karma, nos posibilita mejorar la calidad de vida, evitando acciones que inflijan sufrimiento en los otros, esto siempre va a incidir tanto en la vida material, gozando del afecto y la buena voluntad de las personas hacia nosotros, como también, en el plano espiritual, pues esta actitud positiva nos garantiza mayor felicidad.

La internalización y reflexión sobre la ley del karma, nos motiva a vivir con más empatía, así como, trabajar en la búsqueda de experiencias felices y generosas hacia los otros y hacia nosotros mismos, para garantizarnos una forma de existencia más elevada en la vida próxima, y mayor plenitud en la presente.

En el libro escrito por el venerable Gueshe Kelsang Gyatso, “Cómo transformar tu vida”, este maestro del budismo y la meditación, nos instruye en como llevar a la vida diaria, la sabiduría de la ley del Karma, – señala Gueshe Gyatso- “La ley del karma enseña por qué cada individuo posee una disposición mental, una apariencia física y unas experiencias únicas. Estas son los diversos efectos de las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado”.

Cómo incide el conocimiento de la filosofía de la reencarnación en nuestra cotidianidad

El conocimiento y práctica de la filosofía de la reencarnación nos cambia la vida, debido al aprendizaje cotidiano soportado en la constancia, la humildad y el amor, así, trabajar sobre nuestras perturbaciones y entender que estamos edificando acciones que repercutirán en nuestra vida futura. Podemos convertirnos en mejores personas, más empáticas, armónicas y compasivas, vivir un estilo de vida positivo. Siendo este el caso, ¿cómo preparamos para fortalecer nuestro espíritu en el camino hacia el crecimiento espiritual?

  • Comprender las situaciones de vida positivas o negativas, como un aprendizaje.
  • Trabajar, valiéndonos de terapias holísticas como el reiki y la meditación, entre otras, para no permitir que las experiencias negativas del presente se conviertan en traumas y sufrimiento que arrastremos en nuevas vidas.
  • Tratar a la naturaleza en su conjunto y a nosotros mismos, como el regalo divino que es, con amor infinito, ya que tendremos que seguir en este plano por muchas vidas y tiempo.
  • Hacer del amor una herramienta fundamental presente en cada acción de nuestra existencia terrenal.
  • Tener absoluta claridad, que todo apego no permite trascender el espíritu, pues todo lo que se nos da es un préstamo para hacer nuestra vida física llevadera.

El conocimiento y estudio de la reencarnación y las leyes de la causa y efecto, ayuda a entender de manera positiva y con acciones resolutivas cualquier obstáculo material o emocional que se presente en la vida cotidiana. Comprender los eventos que se susciten en nuestras vidas de forma natural, con conciencia y claridad nos aporta el aprendizaje necesario en cada una de estas experiencias, y su transformación aligera el dolor, la confusión y la infelicidad.

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