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Quizás hayas escuchado hablar del karma muchas veces antes de llegar acá. Cada texto ofrece una explicación y una interpretación particular. ¿Qué es el karma? Es una pregunta con varias respuestas verdaderas y aproximaciones. Pero ante todo, hay que tener presente que el karma es una ley sobre las energías, puesto que en el universo todo es energía. Por lo tanto, es una ley del universo. Bajo este orden de ideas, cabe preguntarse sobre qué tipo de energías trata el karma.

El karma y las energías

El karma es el proceso a través del cual  la energía que generamos con nuestras acciones retorna y nos afecta en algún momento; tiene efectos en nuestra experiencia de vida. Estos efectos, no obstante, no son siempre inmediatos.

Una explicación más completa la podemos encontrar en las palabras del Dalai Lama, quien incorpora los efectos mentales sutiles que imprimen nuestras acciones (acciones en un sentido en palabras del actual Dalai Lama:

“Karma significa ‘acción’, y se refiere a nuestras acciones físicas, verbales y mentales. Este tema es muy significativo.”

“Cada acción que realizamos imprime una huella o potencial en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo, produce su correspondiente resultado. Nuestra mente es comparable a un campo de siembra, y las acciones que realizamos, a las semillas que en él se plantan. Las acciones virtuosas siembran las semillas de nuestra felicidad futura, y las perjudiciales, las de nuestro sufrimiento. Estas semillas permanecen latentes en nuestra mente hasta el momento en que se reúnen las condiciones necesarias para su germinación y, entonces, producen su efecto. En algunos casos, desde que se realiza la acción original hasta que maduran sus consecuencias, pueden transcurrir varias vidas.”

Gueshe Kelsang Gyatso

Dicho lo anterior, el karma será una vibración energética igual a la acción que lo ha generado.

El karma desde la física

El karma es una ley universal. Las leyes se repiten como constantes en las estructuras del universo. Así, pues, la Tercera ley de Newton encuentra similitudes con la ley del karma, solo que Newton la extendió a cualquier cuerpo que genere fuerza y que tenga masa, siendo que la masa y la fuerza también son energía. Así, pues, según la tercera ley de Newton, si un cuerpo ejerce una fuerza (acción) sobre otro, se produce otra fuerza de la misma intensidad y en sentido opuesto (reacción). Es de este modo como funciona el karma, pero desde un punto de vista metafísico, es la energía retornando de manera natural bajo la misma intensidad y frecuencia vibracional, pues la energía siempre se encuentra en permanente movimiento.

karma ley universal

¿Existe realmente el karma bueno y malo?

Aunque es común escuchar hablar sobre un mal o buen karma, en realidad el karma es una ley universal; se refiere al proceso de generación de efectos. Estos efectos, sin embargo, pueden comportar ser experiencias difíciles. Por consiguiente, es mejor hablar de efectos que nos hacen crecer espiritualmente y aumentar nuestro estado de consciencia.

 Quizás la idea del karma bueno o malo provenga del hecho de que sus resultados no son inmediatos. El karma, puede incluso manifestarse en otras vidas según muchas creencias y saberes que han reflexionado y adoptado la ley del karma dentro de su cosmovisión.

Reflexionar sobre el karma

La mayoría de las tradiciones religiosas que enseñan sobre el karma, nos invitan a reflexionar mucho sobre él. Como producto de nuestras acciones, la reflexión sobre el karma nos lleva al entendimiento de nuestros propios procesos, y de nuestra relación con el entorno y las personas que nos rodean.

Trabajar en el karma comporta una complicación adicional, la moral de cada época es contextual. Así, por ejemplo, lo que se consideraba bueno o natural en la antigua Roma, puede que nos parezca muy malo hoy. Lo mismo puede suceder al cambiar de etnia, país o región. De manera que más que seguir un código ético rígido, trabajar sobre el karma va sobre el crecimiento espiritual y el trabajo interior.

A todas estas, una reflexión sobre la ética no puede desprenderse de la reflexión sobre el karma. Ciertamente, a algunas personas les genera mayor incomodidad que a otras, ver a otros seres sufriendo, estas personas tienen un mayor nivel de empatía sin importar la ideología o la cultura en donde se han desarrollado;  su empatía hacia los seres sintientes puede rebasar su contexto cultural de algún modo. No obstante, todos podemos desarrollar esta capacidad y vibrar a una frecuencia más elevada. Bajo este orden de ideas, una medida para lo bueno siempre será mirar en nuestro interior. Lo que haces no debería generar ruido interno, más bien todo lo contrario, sentimientos de paz y tranquilidad.  Aquello considerado bueno no debe dañar a los demás ni a ti; lo bueno vibra a una frecuencia elevada porque es cónsono con la armonía del entorno y del universo, a la vez que interactúa con tu armonía interna y con tu esencia divina.

el karma

Un “buen karma” más que felicidad genera armonía y paz interior. La armonía es un concepto mucho más completo que la felicidad, pues en la armonía se puede encontrar la felicidad y la tranquilidad. En cambio, la felicidad en un sentido más hedonista y menos espiritual, puede conseguirse  a expensas de otros e incluso puede llegar a ser egoísta. Al menos de manera momentánea, pues la ley del karma siempre estará actuando. Esta felicidad involucra un estado mucho más fugaz e inasible y tiende a generar apegos.

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Como recomendación final, podríamos decir que vale la pena reflexionar sobre esta energía en movimiento que es el karma, ya que es la que va marcando nuestro destino. Cuando la comprendemos empezamos a ser más responsables de nuestras acciones y comenzamos a estar más alineados con el despertar de nuestra consciencia.

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