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La arquitectura tradicional alrededor del mundo ha incorporado usualmente plantas como parte del diseño de los espacios en el hogar. Así, las viviendas han contado desde siempre con jardines, patios interiores y otros espacios abiertos sembrados. De esta manera, las plantas han sido desde siempre utilizadas como parte del diseño, la cocina y con fines medicinales (herbolaria).

Sin embargo, los nuevos conceptos arquitectónicos -respondiendo a las necesidades modernas de ahorro de  espacio-, han ido cambiando este concepto, lo cual, ha provocado distanciamiento entre las personas y los entornos naturales y, por consiguiente, ha producido un gran impacto negativo en la calidad de vida de las personas.

Neurociencia y energía presentes en el nuevo diseño de los espacios 

Como respuesta a esta disminución de las plantas en el entorno humano, las nuevas corrientes arquitectónicas sintieron la necesidad de redimensionar la propuesta del espacio.  Así pues, nace en 1998 la corriente de la Neuroarquitectura (donde se fusiona la neurociencia y la arquitectura), también incorporando, en muchos casos, el antiguo sistema filosófico Chino del Feng Shui, el cual, está basado en la distribución  del espacio habitable de manera armónica, consciente y equilibrada. Este método, permite la creación de ambientes desde la consciencia de que todo es energía en constante movimiento y transformación. Busca, ante todo, que el equilibrio del entorno y de los elementos que lo conforman, se encuentre en armonía.   

La Neuroarquitectura es una corriente de la arquitectura basada en estudios rigurosos, a través de los cuales, se ha demostrado que tanto los espacios, como su forma y energía, afectan de manera sistémica a los individuos que habitan y conviven en dichos espacios. A este respecto, nuestra integración ecosistémica al entorno no solo hace que afectemos a dicho entorno, también que este nos afecte a nivel emocional, mental, espiritual y energético. 

Reaccionamos emocional y energéticamente a los espacios. Tal y como lo define Frederick Marks, expresidente y miembro fundador de la Academia de Neurociencia para la Arquitectura de Estados Unidos (ANFA): “Somos seres emocionales que cada vez que entramos a un espacio, reaccionamos”

Partiendo de la premisa de que somos  seres multidimensionales, esta corriente estudia el comportamiento del cerebro en áreas determinadas para crear diseños de lugares más gentiles, adecuados a su uso. Pero sobre todo, armonizados con la naturaleza dentro de los ambientes. Bajo este orden de ideas, la incorporación de plantas a los ambientes es fundamental para el equilibrio y la armonía de la mente. De hecho, el entorno evolutivo del ser humano desde el paleolítico, siempre contó con plantas. No es casualidad que en entornos naturales sintamos relajación y liberemos gran cantidad de estrés.

Leer también: Qué es la neuroarquitectura y cómo puede ayudarnos a combatir el estrés y ser más creativos

Las plantas dentro del feng Shui y la armonización de los espacios

Según la antigua filosofía del Feng Shui, basada en la existencia de un aliento vital o Chi, el espacio en el que habitamos y la disposición de sus elementos afecta poderosamente la salud espiritual, mental y física de las personas, pues todo es energía y la energía está en todo con sus polaridades del yin y el yang.

Bajo este orden de ideas, desde los albores de la civilización china, las antiguas dinastías, partían de la organización, orientación y orden de los objetos en los espacios. Asimismo, el Feng Shui era aplicado a la orientación espacial y diseño aún en las tumbas de los emperadores y dignatarios. En la actualidad, el Feng Shui es de uso corriente por arquitectos y diseñadores de interiores tanto en Oriente como en Occidente, quienes han sabido reconocer en esta filosofía ancestral sus aportes para el bienestar humano. 

Ahora bien, si algo deja claro esta filosofía a todos aquellos que la adoptan, es el respeto en el tratamiento que se debe dar a las plantas  empleadas para equilibrar el Chi en los espacios, ya que estos seres vivos simbolizan el crecimiento, la pureza, sabiduría y la energía en su estado más puro. La alegoría a plantas, árboles y vegetales en textos sagrados es abundante, siendo que siempre simbolizan lo sagrado, la armonía o la perfección. 

Al introducir el  feng shui en la decoración y diseño con plantas, flores y otros elementos de la naturaleza, estas encarnan la energía vital, representada por el elemento madera.

No se puede imaginar una decoración equilibrada energéticamente sin colocar plantas, debido a su efecto positivo y armónico, el cual, realmente ningún objeto puede sustituir. A muchos nos ha sucedido que al llegar a un hermoso ambiente con excelente decorado, nos hemos sentido incómodos -posiblemente por la rigidez o poca armonía que percibimos-, estas vibraciones de baja frecuencia presentes en el espacio, podrían  mejorarse, entre otros factores, con la incorporación de plantas. 

En efecto, las plantas, poseen la capacidad de dotar de calidez a los ambientes. La energía que de ellas emana, nos aporta la armonización y purificación de los espacios necesaria para hacerlos habitables y armónicos, además de ser una solución decorativa muy práctica. 

La Planta perfecta

Todas las  plantas, sin excepción, son perfectas. Desde la modesta hierba, hasta los majestuosos árboles, estas energías de luz y vida se adaptan a los espacios para cumplir su misión en el equilibrio de la naturaleza. De igual manera, los seres humanos dependemos de ese equilibrio, lo necesitamos para alimentar nuestro espíritu.

Todo, desde las bacterias hasta el infinito cosmos es energía, siendo las plantas seres vivos muy sensibles a las vibraciones energéticas. Así  pues, cuando la energía fluye de manera positiva, las hojas se ven verdes y las plantas florecidas, mientras que si se las ve marchitas -a pesar de los cuidados-, es un signo de que probablemente han recibido energías de baja frecuencia, ya sea del ambiente o de quienes lo habitan.

El regalo de las plantas, su poder sanador 

Las plantas, son seres generosos que solo necesitan un poco de sol y agua para crecer y regalarnos su energía y purificación. Desde siempre, la humanidad ha experimentado con diferentes plantas, árboles, flores, arbustos, rastreras, para solucionar problemas de salud. Aún la industria farmacéutica utiliza extractos de plantas como base de muchas fórmulas que usamos.

Así pues, aunque mucho se ha dicho, siempre queda algo por decir  sobre los beneficios de abrir la puerta de nuestras casas a las plantas, esos mágicos sanadores y silenciosos seres vivos

Nueve plantas que no deben faltar en nuestras casas y oficinas

  • La Dracaena Trifasciata: popularmente conocida como  lengua de suegra o espada de San Jorge, originaria del oeste de África considerada una de las más poderosas de todas las plantas para la purificación del espacio de agentes tóxicos. Recomendada desde siempre para atraer buenas energías a la casa, se recomienda colocarla en habitaciones y ventanas.
  • Aloe Vera: llamada también Sábila o acíbar, una de las plantas con mayores propiedades curativas, goza además de fama bien ganada como depurador de energías negativas en su entorno.

Se recomienda colocarla al lado derecho de la entrada de la casa, aunque es una planta de luz puede darse muy bien en ambientes interiores.

  • Tomillo: planta ampliamente reconocida en la cocina y con muchos usos en la medicina herbolaria. Su uso, se remonta a tiempos ancestrales. Los egipcios la utilizaban en sus rituales de limpieza, los griegos la emplearon  para rituales de sanación y adoración, pues esta planta cuenta con el poder purificador y liberador de energías negativas. Necesita de luz, se recomienda una ramita bajo la almohada, y en el bolsillo o bolsa, para favorecer el sueño y las bajas vibraciones. 
  • Las Peonias: la hermosa flor de esta planta simboliza tradicionalmente suerte en el amor y buena salud, colocada en el salón contagia todo el hogar con su energía en forma de fragancia.
  • Romero (Salvia rosmarinus): por ser una hierba fitoterápica favorece el sueño, el buen humor y evita el agotamiento propiciando el equilibrio físico y mental, los olores que de él se desprenden producen sensaciones de relajación y limpieza energética. Se recomienda colocarla cerca del salón.
  • Cactus (cactaceae): según el Feng Shui es la planta con mayor capacidad para absorber energías tóxicas, por lo que se recomienda en jardines, cocinas y zonas contaminadas.
  • Lavanda (Lamiácea): su fragancia simboliza la pureza, ayuda en los estados del estrés pues facilita la relajación. Recomendada para colocar en el dormitorio o salas de descanso.
  • Potus (Epipremnum aureum): los chinos acostumbran colocar esta planta en los rincones oscuros de las casas para repeler las malas vibraciones, esta planta goza de fama por su capacidad para armonizar y oxigenar los espacios. Se recomienda para cualquier espacio de la casa.
  • El Bambú (Banbusoideae): según el Feng Shui es la planta de la felicidad y la fortuna. El sonido del bambú movido por el viento surte efectos relajantes. Se recomienda sembrarlo en los jardines de las casas y balcones.

Finalmente, es importante tocar el profundo nexo que existe entre las plantas y los seres humanos; una relación casi simbiótica y energética indisoluble. Necesitamos a las plantas. Por tanto, es fundamental cuidarlas, hablarles y trasmitirles amor, pues estos seres energéticos, además de aportar hermosura y fragancias a tu hogar, regalan a su paso su energía positiva de vida.

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