¿Puede la música ayudarnos a sanar? ¿podrían tener las ondas sonoras efectos curativos sobre nosotros? El sonido ha sido empleado como medio para la sanación desde hace siglos por una gran variedad de culturas alrededor del mundo y desde tiempos remotos. Incluso el lenguaje atañe a la articulación de sonidos y, por tanto,  es en si mismo sonoro, siendo una de las cualidades que nos distinguen como especie. Por otro lado, el sonido viaja cuatro veces más rápido a través del agua que en el aire y, por consiguiente, al estar nuestro cuerpo constituido en un 70% por agua, es un excelente conductor del sonido. Nuestra anatomía, desde nuestro aparato fonador hasta nuestro sistema auditivo, nos hacen especialmente sensibles al sonido.

El sonido afecta nuestras neuronas y nuestro organismo, y está unido a cada aspecto de nuestras vidas, desde el biológico hasta el cultural y emocional. Además, el sonido puede ayudarnos a sanar y crecer espiritualmente. Desde los antiguos mantras sagrados, pasando por los cuencos tibetanos y los cuencos de cuarzo hasta los cánticos chamánicos y temas musicales de relajación, el sonido ha sido utilizado desde siempre con fines terapéuticos, como medio para la sanación.

El sonido y la teoría cuántica

Mucho más allá de ser cualquier fenómeno audible, el sonido es vibración energética que se propaga a través de un medio en forma de onda. El sonido comporta, pues, una forma de propagación muy interesante; no se propaga en el vacío y necesita elementos conductores como, por ejemplo, el agua o el aire. Asimismo, nuestro cuerpo está diseñado para percibir sonidos que vibran a determinadas frecuencias, en tanto que otros son inaudibles para el oído humano.

Quizás, el primero en relacionar el sonido con la naturaleza, la armonía y las matemáticas fue Pitágoras. Para el filósofo, los números y la armonía de la música eran una misma cosa. Se sabe que en la escuela de Crotona, Pitágoras utilizaba la música para la sanación.

La naturaleza y el universo son sonoros. Así, pues, en el llamado microcosmos o universo cuántico, el sonido parece ocupar un lugar de suma importancia. A este respecto, según la teoría de las supercuerdas -la cual funge de teoría unificadora entre la relatividad especial del macrocosmos y el microcosmos cuántico-, las supercuerdas constituyen la partícula mínima de la materia, y, como sugiere su nombre, las supercuerdas son energía que vibra en el espacio y el tiempo a una determinada frecuencia tal como la música, pero a un nivel cuántico. A la luz de esta teoría, el universo está constituido en su totalidad por cuerdas vibrantes, las cuales, conforman los átomos, de modo que, el todo universal se encontraría en constante vibración y resonancia armónica. Bajo este orden de ideas, el sonido no solo nos afecta nuestra mente de manera consciente e inconsciente, sino que también lo hace energéticamente, por cuanto somos energía en constante vibración.

Sonoroterapia: sanación con sonidos

Muchas personas suelen acompañar sus estados emocionales con determinados tipos de música. Algunos escuchan música alegre cuando están tristes, o bien, melodías cónsonas con su estado de ánimo. Este comportamiento es algo muy natural y muy frecuente, dado que la música ejerce un profundo efecto sistémico y regulador sobre nosotros que instintivamente buscamos. Y es que al escuchar música estamos interactuando energéticamente con determinadas frecuencias vibratorias que invaden nuestro campo energético, siendo que con los mantras y aún con las palabras, sucede lo propio. En efecto, algunas formas de meditación utilizan la repetición de sonidos y mantras.

La psiquiatría y la psicología, por otro lado, han dado cuenta de los efectos benéficos de sonidos armónicos sobre la salud mental, y los estados de bienestar y equilibrio emocional. En la sonoterapia, además de influir sobre los aspectos emocionales, se busca equilibrar de manera holística el campo energético y espiritual de las personas. Los cuencos tibetanos, los cuencos de cuarzo, las campanas, los diapasones y otros instrumentos vibrantes, son utilizados para generar ciertos sonidos cuyas frecuencias estimulan al cerebro de un modo particular para promover la sanación.

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