Ubicado en el altiplano andino, entre los territorios de Bolivia y Perú, el lago Titicaca es uno de los lugares más misteriosos y energéticos del mundo. Su extraordinario paisaje se suma a sus características geográficas peculiares; es el lago navegable que se encuentra a mayor altitud del mundo -a unos 3812 metros sobre el nivel del mar-, y uno de los lagos de agua dulce más grandes del planeta, a la vez que el más grande de Sudamérica.
El lago Titiaca como lugar sagrado para las culturas prehispánicas
Alrededor del lago, florecieron culturas prehispánicas que reconocieron la importancia del lugar, considerándole sagrado e incorporándole a sus mitos y cosmovisión. La cultura tiawanaca y más tarde la cultura incaica y los puracas, supieron reconocer la importancia del lago, no solo por los recursos que este brindaba para la subsistencia, sino que también, por ser un lugar energético privilegiado.
Los incas, quienes construyeron Machu Pichu como lugar sagrado guiados por las particularidades energéticas del lugar, incorporarían al lago Titicaca dentro de sus mitos de creación. Así, pues, el lago, en la cosmovisión Inca, era el lugar de origen y al que se regresaba al morir. El lago era considerado el lugar de origen de Manco Capac, considerado el primer gobernante Inca, y protagonista de leyendas que incorporaban al lago como lugar mágico en el que habitaban los dioses. En efecto, cada uno de los nombres asignados a la geografía del lago -cada topónimo de sus islas y depresiones-, da cuenta de el lugar que ocupaba el lago en las culturas que se desarrollaron en sus cercanías.
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El pueblo uro, o pueblos del agua como se autodenominan, se encuentra asentado en el área de la Reserva Nacional del Titicaca. Los uros, son un pueblo tan antiguo como los incas y los aimaras. Esta etnia, que mantiene casi intacta sus tradiciones desde la época prehispánica, construye unas extraordinarias superficies flotantes a partir de una planta endémica de las inmediaciones del lago. Sobre estas superficies flotantes se desarrollan sus asentamientos desde hace siglos, y su modo de vida depende en su totalidad de la generosidad y abundancia de recursos del lago desde hace siglos. La coexistencia armoniosa del pueblo uro en el lago, su respeto por la naturaleza y su peculiar cultura, se suman al atractivo y la magia que rodea al lago.
Lugar energético privilegiado
El lago Titicaca se ubica en uno de los puntos energéticos de la tierra. Estos lugares son como los chakras de la tierra. La energía se expande desde su centro como un vórtice dinámico de energías sutiles.
Si alguna vez visitas el lago Titicaca, o si ya has ido pero decides regresar por más de su encanto, saber que es un lugar especial para conectar con la naturaleza y el todo del que formamos parte, te permitirá verlo con nuevos ojos. Las frecuencias vibratorias de estos lugares favorecen el acceso a estados elevados de conciencia y, por consiguiente, el lago Titicaca es un excelente lugar para meditar mientras disfrutamos de su espectacular paisaje.
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