La percepción extrasensorial es el conocimiento que puede tenerse de la ocurrencia de eventos externos, los cuales, no pueden ser percibidos por los 5 sentidos físicos de manera inmediata.
¿Se sobre algo, pero no sé cómo llegué a saberlo? Intuición o percepción extrasensorial
Si alguna vez has tenido algún dejavú, o el conocimiento de que algo va a ocurrir en sueños o de manera inesperada, no estás ante un fenómeno extraño aunque su investigación, al sol de hoy, no ha sido muy exhaustiva por parte de la ciencia. Para muchos investigadores este fenómeno forma parte de una función cognitiva. Según aseveran, se trata de pensar rápido, y se basa en la repetición de experiencias pasadas, la cual, nos lleva a detectar patrones y asociarlos con situaciones análogas. Para otros, en cambio, dicho conocimiento es una forma de clariconsciencia.
Sin embargo, la percepción extrasensorial va más allá de la intuición, en tanto que puede acaecer aún ante fenómenos o eventos novedosos. Ambas formas de conocer involucran procesos distintos. Así, pues, el conocimiento de que algo que ha ocurrido muchas veces en el pasado (por ejemplo en el trabajo), puede ocurrir de nuevo ante condiciones similares, es mucho más común que la percepción extrasensorial; forma parte de nuestros procesos cognitivos de detección de patrones y a veces es asociado a la sabiduría de la experiencia. En cambio, la percepción extrasensorial se asocia al conocimiento de un evento poco frecuente, o, incluso, desconocido. Pese a ello, la línea entre intuición y percepción extrasensorial muchas veces se desdibuja, pues en la intuición puede haber percepción extrasensorial.

Diferentes tipos de percepción extrasensorial
Quizás uno de los rasgos más característicos de las formas de percepción extrasensorial, es que la información o el mensaje, llega de súbito como un destello en una situación que no tiene nada que ver con la certeza que llega. En la intuición, en cambio, hay frecuentemente un estímulo externo mucho más evidente, una situación que de algún modo reconocemos como familiar. Aunque realmente no podemos decir que haya una regla fija.
Podemos distinguir entre varios tipos de percepción extrasensorial:
Clarividencia:
Se trata de la visualización de hechos del pasado o del futuro de manera repentina. Puede darse también en sueños premonitorios o dilucidadores de algo que estaba oculto o muy lejos de las fuentes de información de la persona (el clarividente).
Como clarividencia suele denominarse también a las demás formas de percepción extrasensorial, aunque involucren distintos canales de acceso a la información y al entendimiento extrasensorial.
Clariaudiencia:
Similar a la clarividencia, la clariaudiencia se trata de escuchar mensajes de otros planos de la existencia, información (energía), certera, sobre eventos o situaciones, que es percibida como un mensaje auditivo y que otros no pueden escuchar.
Dermovisión:
Se trata de acceder a información sobre eventos futuros o pasados al tocar algo. Es parecida a la clarividencia y a la clariaudiencia, pero involucra el sentido del tacto.
Clarisentimiento:
Es una habilidad extrasensorial muy vinculada con la empatía, una forma de leer los sentimientos de otros que va más allá de la observación de los sentidos. Se trata de percibir con claridad las emociones y el corazón de los demás aún sin que estén presentes.
Dificultad para someter a prueba la percepción extrasensorial
Las pruebas que se han hecho de percepción extrasensorial, usualmente se basan en experimentos de psicología experimental y psicología conductual. Estos experimentos no han involucrado emociones o pensamientos profundos en los sujetos de estudio, se trata de adivinar, por ejemplo, la aparición de alguna carta de póker o algún número. Por el contrario, los casos de percepción extrasensorial suelen asociarse a emociones y pensamientos, a relaciones entre personas y, por consiguiente, son fenómenos más complejos. Así, por ejemplo, no es poco común que se perciba la presencia de alguien que te mira sin que lo hayas advertido, y luego, volteas a ver que en efecto te estaban observando, o que puedas presentir algo sobre un ser querido.
Bajo este orden de ideas, la dificultad de encontrar pruebas científicas sobre la percepción extrasensorial se debe a la incapacidad para crear un experimento adecuado que simule las condiciones complejas en las que se genera la percepción extrasensorial (un contexto humano de emociones, energías, personas y relaciones).
Energía y percepción extrasensorial
En el universo todo es energía en diferentes estados y en continuo movimiento. Quizás la única constante del universo sea el movimiento de la energía. Su dinámica en diversos sistemas que conforma, dentro de los cuales, se halla la vida orgánica y la dimensión espiritual de los seres sintientes. El hecho de que el cuerpo orgánico -como materia-, es energía, es bien sabido (estamos constituidos por átomos y partículas cuya equivalencia energética ha sido probada por la física).
La energía que no es materia, en línea general, es más difícil de percibir; vemos sus efectos pero no vemos pasar los electrones ni las microondas. La medimos a través de instrumentos. A este respecto, el campo áurico, siendo energía sutil, es difícil de percibir y medir. El campo áurico o aura va más allá de nuestro ser orgánico, es mucho más complejo e inasible para los sentidos. Esta energía amplía nuestro cuerpo físico a nivel energético, es la energía que rodea a todos los seres vivos más allá de su cuerpo material; un campo electromagnético más abarcador.
La explicación a la percepción extrasensorial pasa, pues, por relacionar la forma en que interactúa esta energía sutil –el aura-, con el entorno y la capacidad que tienen algunas personas de percibirla. Aún la energía de nuestros pensamientos interactúa con el entorno y tiene efectos visibles a nivel cuántico.
Nuestro campo áurico percibe y emite energías más allá de nuestra capacidad sensitiva y nos aporta información sobre las personas y el entorno, la cual, puede trascender el espacio y el tiempo habida cuenta de que la energía se rige bajo procesos cuánticos. Así pues, abarcamos mucho más espacio que nuestro cuerpo físico en el entramado energético en el que habitamos, en tanto que la intuición y las energías son una fuente de conocimiento más a la que podemos acceder.
Despertar nuestras capacidades extrasensoriales
De hecho, todos podemos desarrollar nuestras capacidades extrasensoriales, son potenciales que todos tenemos latente o dormidos, solo hay que despertarlos. La forma de hacerlo es entrar en estados de paz y de introspección. Una herramienta que nos ayuda a lograr estos estados es la meditación. Es importante tener en cuenta que como cualquier otra habilidad, hay que ser constantes, disciplinados y pacientes para ir despertando esos potenciales, y además, creer en nosotros mismos.
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