Círculos de amor: “Es más, me asiste el convencimiento de que el amor, la compasión y la generosidad son fundamentos básicos de la paz.
Solo cuando esos sentimientos germinan en el interior del individuo,
este o esta son capaces de crear una atmósfera de paz y armonía”.
Dalai Lama
El amor es un concepto universal que por elección personal podemos aplicar a momentos y acciones de nuestras vidas, razón por la cual, la mayor parte del tiempo pasa desapercibido en su profundidad. Por ello, no nos detenernos a reflexionar en su importancia e impacto en cada instante de nuestras vidas tendiendo más bien a relativizar este sentimiento solo a la afinidad sentimental entre dos personas.
El amor va más allá de sus diferentes perspectivas filosóficas y religiosas o de su interpretación como un sentimiento de apego, de amor romántico o estimulador de reacciones fisiológicas en nuestro organismo.
Respuestas orgánicas que suceden por la liberación de la oxitocina. Conocida como la hormona del amor, sintetizada en el hipotálamo y almacenada y liberada al torrente sanguíneo a través de la neurohipófisis, responsable de provocar sentimientos de excitación, fascinación y éxtasis.
Fuera de todas las razones científicas, el amor se abre ante nosotros como un maravilloso atributo que nos sitúa en otro nivel en la escala evolutiva, es el motivador de grandes transformaciones en la humanidad, amar nos brinda la posibilidad de crecer y extender este sentimiento positivo por medio de las cadenas de amor. De esta forma, el amor que damos a otros con nuestras acciones y pensamientos se devuelve. Finalmente el amor es el responsable de sentimientos compasivos hacia nuestros semejantes, hacia nosotros mismos y el universo.
Amor, ”comprensión total del Universo, donde no tienen cabida la resistencia ni el miedo. Es capacidad de servicio y compromiso al cien por cien. No se trata de un sentimiento, sino de una decisión. El amor libera del sufrimiento.
Es la esencia del Ser, el objetivo de la vida,” Gerardo Schmedling.
Círculos de amor y la búsqueda de la paz interior
Así pues, el amor se manifiesta como un estado del alma, que nos colma de paz interior, como una fuerza que mantiene unido al universo, derribando barreras, impulsando a todas las leyes del universo para actuar en armonía. Asimismo, si no actuamos en consecuencia al amor que recibimos, algunos de los aspectos de nuestra vida se verán carentes de esta potente energía, pues volviendo al principio de este artículo, en cada acción está registrado un acto de amor, o no, con sus respectivos resultados.
El amor es un círculo energético, donde todo aquello que de nosotros sale, volverá, en una simbiosis íntima entre los seres y de estos con el cosmos indefinidamente. Siendo el amor, la frecuencia vibratoria más poderosa de la creación.
Cómo hacer del amor una práctica sanadora de crecimiento espiritual
La conciencia sobre la existencia, los alcances del atributo del amor en los seres y el retorno de este amor en movimiento permanente, su disfrute en todo momento, la calma que lo acompaña, el estar pendientes de nuestras acciones y sus consecuencias, son el punto de partida para iniciar la expansión de nuestro círculo de amor, dentro del cual, plenamente recibimos aquello que generosamente damos a otros.
Vivir en el presente
Vivir el presente, significa la conciencia y el disfrute del aquí y el ahora. Ser plenamente conscientes de todo aquello que nos rodea, observar cómo es nuestra aproximación a los otros, la atención y cuidados que dedicamos a nuestro cuerpo y a nuestro entorno de vida. Vivir en el presente, no solo se trata, de no vivir en el futuro y el pasado, se trata de tomar las experiencias vividas como aprendizajes para mejorar y dejarlas ir, así como, medir las consecuencias que provocarán nuestros actos a posteriori.
Vencer los miedos y darle paso al amor
El miedo es un mecanismo innato de defensa ante el peligro, existe para mantenernos a salvo. Pero, ¿Qué hacer cuando el peligro es el propio miedo?, el miedo que nos impide avanzar, nos bloquea, que nos paraliza por temor a equivocarnos, a salir a la vida, miedo, que incluso suele reflejarse en síntomas físicos.
Pues, una de las claves para superar estas manifestaciones de ansiedad y desequilibrio, empieza con ejercicios de control de la respiración. Una vez reconocido nuestro malestar debemos detenernos y concentrarnos en la respiración, inspirando y soltando el aire lentamente.
Si aprendemos a no luchar contra el miedo sino, comprenderlo, aceptarlo y trascenderlo, este no se apodera de nosotros negativamente. Igualmente, el aporte de terapias como la meditación, la relajación, el reiki, el yoga, entre otras, son muy efectivas. Ya, si el miedo nos lleva a fobias o es demasiado grande, se hace necesario pedir ayuda a terapeutas especializados.
Mantener el centro
El centro se encuentra en nuestro corazón, representa todo aquello que nos conecta con la verdadera esencia, nuestra alma, y nos aporta vibraciones altas. Alcanzar la conciencia de nuestro centro nos hace inamovibles e imperturbables, conscientes de cualquier alteración alrededor. Para lograr adquirir conciencia de nuestro centro, conciencia del alma, es importante crear el hábito de conectar con nuestro eje cada día, la rutina de la meditación diaria lo facilita.
Irradiar, acercarse y recibir solamente aquellas situaciones que nos aportan energía positiva.
Aceptarnos, amarnos y conectar con nosotros
nos permite conocernos, transformarnos positivamente en conciencia y amor, manifestar nuestra verdadera grandeza, así como reconocer la de los otros. Al enlazarnos con nosotros, encontramos la paz y equilibrio interior logrando vivir el día a día desde el amor y conexión con nuestra esencia.
El círculo de amor
Para finalizar, mis aportaciones a la reflexión sobre los círculos de amor. El círculo es el símbolo de la continuidad, no tiene principio ni fin, todos sus puntos equidistan del centro, lo que viene a expresar simbólicamente el origen, el universo y la vida en su interior, nos sugiere la capacidad de contener todo en permanente movimiento.
Esta geometría de la vida está presente en todo lo que nos rodea y en el universo en su conjunto, se hace presente en las estaciones y su movimiento cíclico, así, como en los ritmos del tiempo, en fases donde todo se repite y al repetirse se renueva.
El círculo resume en su simplicidad toda la energía de la realidad. Así como la imagen de una onda que se propaga en la superficie del agua creando círculos concéntricos con el impacto de una pequeña piedra, así el amor, mediante la activación de la solidaridad colectiva y los círculos de amor, impacta sobre nuestras vidas y el universo con ese efecto expansivo que lo alcanza todo.
Pensamos mucho menos de lo que sabemos. Sabemos mucho menos de lo que amamos.
Amamos mucho menos de lo que existe. Y hasta este punto exactamente,
somos mucho menos de lo que somos. R. D. Laing
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