Aunque silente, el estrés puede ocasionar graves complicaciones en nuestra salud. La vida moderna suele llevarnos a generar grandes cantidades de estrés, el cual, debemos reducir o eliminar en lo posible para evitar futuras complicaciones y deterioro de nuestra calidad de vida. El estrés puede desequilibrarnos en nuestra salud física, mental, emocional y energética. Así, pues, aprender a gestionar el estrés, reducirlo y eliminarlo puede mejorar notablemente todos los aspectos de nuestras vidas, no solo en el corto plazo, sino en el largo plazo, en donde los efectos nocivos del estrés sobre la salud se hacen más evidentes.
Para atenuar o eliminar el estrés, por fortuna, existen técnicas y métodos que nos ayudarán un montón.
Técnicas de relajación mental
Las técnicas de relajación son un método natural y efectivo para controlar el estrés y la ansiedad. Asimismo, para aquellos que ya tengan un buen control del estrés, las técnicas de relajación constituyen un aspecto fundamental como preámbulo para prácticas como el yoga o la meditación (siendo que estos últimos son técnicas muy efectivas para disminuir el estrés).
Como recomendación general, escoge un lugar tranquilo en el que estés cómodo, con ropa cómoda que te permita movilidad.
Respiración profunda
La concentración en la respiración profunda y la respiración diafragmática, es una de las mejores maneras de entrar en estados de relajación rápidamente y conectar con estados meditativos. Cuando estamos estresados o ansiosos, la respiración se acelera en tanto que la respiración profunda la ralentiza. Es uno de los pilares de la relajación mental. Así también, la oxigenación del organismo necesita aumentar el volumen de aire que respiramos; siendo que la respiración profunda también nos lleva más oxígeno. Hacer de 10 a 15 respiraciones profundas en momentos de ansiedad, miedo o preocupación pueden tener un enorme efecto relajante, pudiendo disminuir drásticamente los niveles de estrés. Si además lo acompañamos de una meditación, los efectos se potencian.
Relajación muscular progresiva.
Esta técnica consiste en tensar lentamente cada músculo del cuerpo de manera progresiva para luego relajarlo. Se tensa durante 5 segundos y luego se relaja durante 30 segundos. Comienzas por tensar los pies, y, de este modo, continuas con cada músculo y articulación hasta llegar a la cabeza. La actividad física, en general, contribuye mucho a la relajación mental.
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Yoga
El yoga es una técnica de relajación muy importante; contribuye a la relajación mental y al equilibrio tanto como ayuda a nuestro organismo con sus procesos biológicos. Estirar el cuerpo y la atención concentrada que se genera en conjunción con la respiración coordinada, resulta en la combinación ideal para disipar el estrés, mientras realizamos una actividad física considerable.
Aromaterapia
La capacidad de evocar recuerdos y hacernos sentir a gusto con algunos aromas ya nos dice algo de esta técnica. La aromaterapia es un recurso muy poderoso para disminuir los efectos del estrés. Aromas de aceites esenciales como la lavanda o el sándalo, pueden reducir los niveles de estrés considerablemente.
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Visualización
La visualización se basa en la capacidad de nuestra mente de evocar imágenes y vivenciarlas a tal grado que nuestra mente puede considerarlas como si estuviesen ocurriendo, según investigaciones recientes. La idea de esta técnica es dirigir la atención a imágenes positivas y agradables. Recrear situaciones o rememorar lugares que nos trasmitan paz y felicidad.
Practicar y practicar
Nuestro cerebro se acostumbra a ciertos neuroquímicos que segregamos a menudo y, por consiguiente, a los estados emocionales asociados a estos. Superar estos condicionamientos y adaptaciones no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Por lo general, sobre todo si el estrés ya es crónico, lleva algún tiempo. Así, pues, es necesario incorporar hábitos que puedan modificar estos patrones incluso a este nivel.
Las técnicas de relajación son habilidades que se adquieren. Como cualquier habilidad, requiere práctica para poder desarrollarse y perfeccionarse. Por otro lado, se trata de probar, si una técnica de relajación te resulta mejor que otra y, de esta manera, utilizar la que más te funciona. Lo importante es crear un hábito que te permita ir progresando en la medida que llevas a cabo estas técnicas de manera cotidiana. Con la constancia y la perseverancia en cualquiera de estas técnicas u otras que te llamen la atención, iras sintiendo progresivamente mayor bienestar en todos los aspectos de tu vida.
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